En palabras del responsable general laico, José María Galacho «hemos querido profundizar en nuestro tercer objetivo: la acción apostólica con niños y jóvenes tratando de orientarlos hacia un cristianismo comprometido y comunitario». Para ello, programaron distintas actividades en las que los jóvenes fueron los protagonistas con una original mesa redonda: ‘Le damos la palabra’. Tres chicos relataron cómo viven el día a día en los centros parroquiales y dos chicas, que se confesaron no creyentes, contaron su sorpresa al conocer que «otros jóvenes son capaces de estar un fin de semana, cuidando a niños, y, además, gratis, nos ha sorprendido su alegría». Otro objetivo del encuentro ha sido revitalizar la vocación. «Por eso, los responsables de la organización han pedido a las distintas provincias que compartieran una memoria agradecida. Una historia viva que en algunos lugares cuenta con más de 30 años», comenta José María.

En la actualidad, la asociación MIES está presente en Málaga, donde está el mayor número de vinculados, además, en Córdoba, Alicante, Villarobledo (Albacete), Andújar (Jaen), Badajoz y Madrid. Y en otros países como Ecuador, Paraguay, Argentina y el Chad. Galacho explicó que «el momento más emotivo fue la oración del rosario del sábado por la tarde donde tres misterios lo rezamos por video conferencia junto a los centros de Quito (Ecuador), Corrientes (Argentina) y Luque (Paraguay)».

Por otro lado, el responsable general sacerdote, Andrés Merino, envió, en el transcurso del encuentro, a un nuevo misionero al Chad, en concreto, a la diócesis de Lai, al sur del país africano. Se trata de un proyecto educativo y evangelizador para niños de la calle promovido por el obispo local. Situado en la región más pobre del país donde los misioneros, junto a catequistas nativos, dirigen una escuela hogar para unos 30 niños huérfanos. «Hace dos años, el obispo, Miguel Ángel Sebastián, nos conoció y pidió a MIES la dirección de la escuela. En la actualidad, cuenta con la ayuda de una misionera y dos cooperantes, a los que ahora, se une uno más, Lorenzo Laguía, que ha sido responsable provincial de Villarobledo, en Albacete. El proyecto es una alegría y un reto, tenemos muchas dificultades para enviar misioneros, pero creemos que en el Chad podemos prestar un servicio a la Iglesia y a los niños más pobres. África nos llama y no podemos abandonarla». El encuentro culminó el domingo con la celebración de la Eucaristía.