NoticiaOpinión RAFAEL PÉREZ PALLARÉS. Larga vida al cine Francisco de la Torre junto a organizadores y patrocinadores del 23 Festival de Málaga //SUR Publicado: 25/08/2020: 18657 EL ALFEIZAR. DIARIO SUR En tiempos de pandemia, el cine, por lo que de terapéutico tiene, es necesario. El cine permite mirar hacia adelante, aunque sea, por unos instantes; ayuda a sumergirnos en historias de ayer y de hoy, hasta el punto que consigue abstraemos de las preocupaciones e impulsa reflexivamente hacia las postrimerías o a vivir historias ajenas que identificamos como propias; da igual. Hay cine de todos los colores, como historias y vidas. Y el Festival de Málaga, que durante esta semana se celebra, así lo demuestra. Con una sobria, ágil y directa gala de inauguración, conducida por Juana Acosta, que reconoció la labor de los sanitarios en la entrega de su primera biznaga, el Premio Málaga-Diario SUR del 23 Festival de Cine en Español y a la que, a mi juicio, le sobró la risa incontrolada y sospechosa de Candela Peña, el Festival de Málaga ofrece la magia del cine con películas de todo tipo. Levantó su persiana, en medio de la crisis del coronavirus, con una apuesta valiente por parte de sus organizadores. Juan Antonio Vigar, capitán del barco, facilita que las películas que se proyectan y las actividades organizadas, descubran un festival vivo, interesante y enriquecedor. Sigue la estela cultural de Antonio Garrido Moraga; ambas son personas que saben que la cultura tiene que ofrecer libertad y claves para entender el mundo que vivimos. Precisamente por eso, el cine en español, cuando ofrece cultura, argumentos y obras de calidad, aporta luz, hace grande a la industria e impulsa a sobrevolar las nubes negras que millares de vidas cruzan. Quererse mucho, como se propuso en la gala de inauguración del Festival de Málaga y sumergirse en nuestros legítimos sueños y fantasías cinematográficas, es buena receta para los días que vendrán, máxime cuando necesitamos seguir compartiendo historias que faciliten la vida y ayuden a vivir la extraña etapa que atravesamos. Esto es precisamente lo que se empeña en descubrir año tras año en el Festival de Málaga, el premio no oficial SIGNIS, dependiente de la Iglesia Católica.