NoticiaMedalla Pro-Ecclesia Malacitana Ascensión Sánchez: «Soy parte de una parroquia muy unida, El Salvador» Publicado: 24/07/2024: 5066 Medalla Pro Ecclesia Malacitana Ascensión Sánchez Anguiano es feligresa de la parroquia de El Salvador, en Málaga capital. Justo el 14 de julio, día en que cumplía los 90 años, recibió de manos de su párroco, Miguel Ángel Criado, la Medalla Pro Ecclesia Malacitana concedida por el Sr. Obispo como reconocimiento a su valiosa y generosa labor. ¡Menuda fiesta de cumpleaños le tenían preparada en la parroquia! La mejor. No tenía ni la menor idea. Mi párroco, Miguel Ángel Criado, que vale muchísimo, tengo que decirlo, lo había organizado todo muy bien, allí estaban mi hija, mis hijos, mi hermano con su mujer y unos sobrinos. Fue el mismo día en que cumplí los 90 años, el 14 de julio. ¿Desde cuándo es parte de esta parroquia? Llevo muchos años. Antes vivía en la barriada de La Paz y estuve en la parroquia de la Natividad, donde fui catequista y me integré en el grupo de Cáritas, pero después me mudé de barrio y ya me incorporé en la parroquia de El Salvador, en el grupo de Pastoral de la Salud, con Beatriz y Manolo. Después llegó nuestro párroco, Miguel Ángel, y el grupo creció con más gente. ¡No paramos! Llevamos la comunión a los enfermos a sus hogares y tenemos un centro de día para las personas mayores, una mañana cada 15 días, en el que participan más de 30 personas que están encantadas de venir. Comenzamos haciendo oración, desayunamos juntos, hacemos actividades diversas, hasta tocamos las castañuelas que son un ejercicio muy bueno para las manos. Una vez al año hacemos una convivencia, la de este año la hemos hecho en la Casa de Espiritualidad de Madre Petra, en el Valle de Abdalajís. Una experiencia preciosa. 90 años y tiene usted una vitalidad impresionante. Bueno, ayudo en lo que sea necesario. La verdad es que todos los días le doy gracias a Dios porque me encuentro muy bien de salud y el Señor me libra de muchas cosas, he de reconocer que, a veces, me pongo en situaciones peligrosas (sonríe), pero el Señor siempre está a mi lado, en lo bueno y en lo malo. Vivimos nueve años en Cuba y fue una época muy dura. Regresamos a España repatriados, con tres niños pequeños y sin un duro, y ahí comenzamos de nuevo, con muchas dificultades, pero gracias a Dios, que siempre estuvo a nuestro lado. Después, mi hija mayor falleció con 42 años, tras una enfermedad horrible, y el Señor nos estuvo sosteniendo. Así que, no tengo más remedio que estar agradecida al Señor y, como tengo salud, pues le digo que si me tiene así es porque me necesita para ayudar a los demás, así que aquí estoy. Transmite usted una alegría inmensa. Y lo que yo quisiera es que todo el mundo conociera la fe y experimentara la paz y la alegría que yo experimento, porque sé que Dios está conmigo y la fe es lo más grande que yo tengo en la vida. Ma la transmitió mi padre, que era un hombre muy caritativo, de fe grandísima, para mí era un santo. Si tuviera que definir en pocas palabras lo que es para usted su parroquia, ¿qué diría? Es mi segunda casa. Por muy cansada que esté, nunca estoy cansada para ir a la parroquia. Ya sea a Pastoral de la Salud, o al coro, o a arreglar las flores. La parroquia es lo más grande que tengo. Es más, ya tengo comprado mi columbario y le digo a mi familia que ese es mi segundo piso (se ríe). Además, soy parte de una parroquia muy unida, El Salvador, con un párroco maravilloso, Miguel Ángel Criado.