La Comisión Permanente de la CEE ha hecho público, esta semana, el nombramiento del sacerdote diocesano Rafael Vázquez, como director del Secretariado de la Comisión Episcopal para la Doctrina de la Fe. Aunando así, por primera vez, las secretarías de Doctrina de la Fe y Relaciones Interconfesionales, de la que ya era director desde 2019.  

Esta comisión está al servicio de la Conferencia Episcopal Española para el estudio y el tratamiento de las cuestiones relativas a la fe y a las costumbres. Como explica Vázquez, doctor en Teología Dogmática por la Universidad Gregoriana de Roma, «esta comisión es la encargada de asesorar a los obispos y elaborar todos los documentos que salen de la Asamblea Plenaria. Entre los últimos que se han elaborado destaca una Instrucción pastoral titulada: "Un Dios de vivos", sobre la fe en la Resurrección, la esperanza cristiana ante la muerte y la celebración de las exequias. Y en estos momentos se está elaborando otro documento sobre la objeción de conciencia».  

Además, esta comisión, continúa Vázquez, «tiene una faceta muy interesante porque pone en contacto a los obispos españoles con numerosos teólogos organizando el “Encuentro de Obispos y Teólogos”, al que acuden profesores de todas las Facultades de Teología de España y los obispos que lo deseen, para que de esta forma los prelados se mantengan actualizados a nivel teológico. Se trata de que la fe se presente en un lenguaje actual y de que ellos estén al tanto de por dónde va la reflexión teológica, al tiempo que se puedan asesorar por estos expertos. El próximo encuentro se celebrará en junio, y una de las cuestiones que van a tratar será el de la libertad religiosa, la libertad de conciencia, etc. porque nos estamos encontrando que hay leyes que afectan también a la Iglesia, como puede ser la nueva ley de la eutanasia, pero este tipo de cuestiones hay que regularlas para saber dónde queda la libertad de conciencia».  

 Pero la labor de la Comisión de la Doctrina de la Fe es no solo la de custodiar el depósito de la fe, sino también ver cómo transmitirla hoy y, como afirma el también vicedirector del CSET San Pablo en Málaga, «se trata de decir la verdad de la fe, lo que cree la Iglesia, pero con un lenguaje más actual, para que sea asequible al hombre de hoy, por lo que es fundamental la reflexión teológica. Además de revisar que los nuevos libros de Teología que se publican estén de acuerdo con el magisterio de la Iglesia».   

 Rafael Vázquez, en declaraciones a diocesismalaga.es, afirma acoger esta tarea con «las ganas y la ilusión que tenemos que ponerle a cualquier misión que nos encomienden. Es una gran responsabilidad, pero si ellos han confiado en mí, siempre estoy al servicio de la Iglesia en lo que me pida. Este nuevo encargo se suma al trabajo que ya venía realizando para promover la unidad entre todos los cristianos y su relación con las religiones no cristianas, desde el respeto a la libertad religiosa, primero desde Málaga, donde soy delegado episcopal de Ecumenismo y Diálogo Interreligioso desde 2015 y, desde 2019, también a nivel nacional. Una labor que llevaré a cabo junto la doctrina de la fe».    

En la última Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos celebrada en enero de este año, el Papa Francisco animó a los cristianos a caminar juntos como los Reyes Magos y afirmó que «la tradición nos los ha descrito frecuentemente vestidos con trajes diferentes, para simbolizar pueblos diversos. En los Magos podemos ver reflejadas nuestras diferencias, las distintas tradiciones y experiencias cristianas, pero también nuestra unidad» y por esa unidad, lleva muchos años trabajando Rafael Vázquez de manera incansable, para que como él mismo afirma «los católicos seamos personas sensibles al diálogo, a reconocer en los otros cristianos a hermanos con los que compartimos un mismo bautismo y un patrimonio común. Además, tenemos la suerte de vivir en una diócesis que lleva impulsando la tarea ecuménica desde finales de los años 60, haciendo suya la invitación del concilio Vaticano II a trabajar por la unidad, pues la división es siempre un obstáculo para el anuncio del Evangelio».