La Escuela Teológica comenzó en Málaga, como Escuela de Agentes de Pastoral, el curso 1989-1990, promovida por las delegaciones de Apostolado Seglar y Catequesis. La modalidad semipresencial comenzó el curso 2015-2016 en los arciprestazgos de Coín y Ronda. En sus 30 años de andadura han realizado el ciclo completo de formación 1.375 alumnos, y otros cientos están cursándolo. En la actualidad, las sedes de la Escuela Teológica se encuentran en Antequera, Málaga, Marbella, Mijas Costa, Ronda, Torre del Mar y la modalidad semipresencial en Axarquía, Álora, Coín y Ronda.

Toda la información de la Escuela Teológica San Manuel González la pueden consultar en la web de los Centros de Formación de la Diócesis.

Gabriel Leal es el director de la Escuela Teológica.

30 años de vida de una Escuela que ha acogido cerca de 2.000 alumnos, ¿qué tiene de especial esta Escuela?

Tiene de especial que es una experiencia, no solo de conocimientos teóricos, sino de llevarlos a la vida junto a un grupo plural de personas que también participa en la Escuela y que provienen de diversos ambientes culturales y religiosos. Quizás lo más específico de la Escuela sea su metodología, que es la que siempre ha utilizado Acción Católica y está muy experimentada.

Una Escuela con seis sedes repartidas por la diócesis y con opción de semipresencialidad, ¿para facilitar el acceso a todas las realidades y rincones de la diócesis?

Así es. Está extendida por toda la provincia: Antequera, Málaga, Marbella, Mijas Costa, Ronda, Torre del Mar y la modalidad semipresencial en Axarquía, Álora, Coín y Ronda, para hacerla cercana a todos y facilitar el proceso de formación a quien vive más lejos.

¿Qué requisitos son necesarios para matricularse en la Escuela Teológica?

Puede matricularse cualquier persona que busque formarse y estar dispuesta a utilizar después esa formación en un servicio a la Iglesia y a la sociedad. No se trata de un curso para distraerse un rato, sino que está pensada para la gente inserta en un trabajo serio en el ámbito pastoral, ya sea dentro de la Iglesia o en el tejido social en el que vivimos. No hay un requisito académico, es más, en la Escuela ha habido, y sigue habiendo, catedráticos de Universidad y personas que no tienen cursado más que la escuela elemental. No hace falta tener condición universitaria para acudir a la Escuela Teológica San Manuel González.

La situación actual de pandemia ha hecho resurgir las clases semipresenciales y online. La opción semipresencial se contemplaba en esta Escuela desde el 2015, en los arciprestazgos de Coín y Ronda, ¿no es así?

Así es. Es una opción para las personas que realmente no pueden acudir a la sede más cercana, es algo extraordinario pues los encuentros semanales aportan un trabajo de transmisión de la experiencia cristiana de la fe, que es algo vivo y presencial. Es cierto que este medio es muy útil para casos de personas a los que resulta imposible acudir a la Escuela por distancia, horarios o circunstancias. Con la pandemia, tenemos previstas otras alternativas, por si fuesen necesarias. Las sedes de la Escuela son un ámbito seguro en el que se siguen todas las normativas de seguridad necesarias.

¿Cuál sería el perfil del alumno de la Escuela Teológica San Manuel González?

La mayor parte de los alumnos pertenecen a parroquias o instituciones de la Iglesia y han sentido la inquietud de mejorar su formación. Suelen estar entre los 35 y los 60 y tantos años, tienen un empleo y algún compromiso pastoral en alguna institución socio caritativa de la Iglesia. Ese es el perfil más común.

¿Qué ecos recibe de los alumnos que ya pasaron por la Escuela Teológica?

En general, lo que más me llama la atención es que un instrumento tan sencillo sea tan bien valorado por lo que aporta a su vida. Hace unos días, me paró por la calle una señora; había cursado, hacía años, la Escuela Teológica y aún recordaba el bien que le hizo, me quedé sorprendido con sus comentarios. Hemos tenido alguna alumna que comenzó cursando la Escuela y se quedó tan transformada que siguió cursando Ciencias Religiosas, para ella fue un punto de inflexión en su vida. Esto es muy frecuente. Se valora, sobre todo la experiencia de reflexión sobre temas profundos de cristología, eclesiología, antropología, escatología, liturgia, moral… con la ayuda del grupo y el trabajo realizado en casa durante la semana, para poder compartirlo y aterrizarlo en el grupo.

Entonces, ¿invita a los lectores a que se matriculen?

Animo a todo el mundo a formarse porque tenemos la obligación de dar razón de aquello en lo que creemos. En estos tiempos, que son más difíciles, hace falta la formación con más razón aún. En nuestras manos está buscar el modo de mejorar nuestra formación para que podamos hacer más bien y servir mejor.