«Un día apoteósico, ese sería el adjetivo que lo definiría», afirma el padre Munsuri mientras recuerda tanto bueno vivido el 27 de mayo en la visita de D. Jesús Catalá a las comunidades parroquiales de Moclinejo y El Valdés, que se reunieron para la ocasión en la iglesia de Nuestra Señora de Gracia, en Moclinejo.

La lluvia era la primera en acoger la llegada del Obispo de Málaga, pero no fue motivo para cambiar una agenda de actos muy cuidada, que comenzaba con la bienvenida de los más pequeños con una pancarta. También las autoridades de las localidades quisieron acercarse a saludar al pastor de la Diócesis y hacerle entrega de algunos productos típicos como vino y pasas de la tierra. 

Una vez dentro del templo, D. Jesús oró ante el Sagrario y contempló «un templo muy cuidado y adecentado con el poquito dinero que nos va llegando. Hacemos verdaderos milagros gracias a la generosidad de la gente», afirma el párroco, quien añade que en estos momentos están pintando y restaurando las puertas de los templos.

Para agilizar la visita, los fieles de ambas parroquias se acercaron al templo de Moclinejo en el que D. Jesús tuvo palabras de ánimo y agradecimiento para los fieles y para el párroco. Bajo la lluvia y acompañados por Protección Civil, se acercaron a visitar a tres enfermos, a los que llevó la comunión.

«D. Jesús regresó al templo emocionado al conocer la bondad de la gente del pueblo», explica Antonio Munsuri y añade que «cuando se dispuso a impartir el sacramento de la reconciliación, fueron muchos los fieles que se acercaron».

Antes de la celebración de la Eucaristía, se reunió la asamblea parroquial, ante la que el Obispo definió la Visita Pastoral como «una ITV de la parroquia, no solo del templo, que está precioso, sino de toda la comunidad, que es la realmente importante».

«La gente estuvo muy participativa y elevó al Obispo de Málaga todas las preguntas que deseó, a las que fue dando respuesta», afirma el párroco.

Tras la asamblea, celebraron la Misa, que venían preparando desde hace meses, con el ensayo de los cantos, la preparación de las ofrendas por parte de los niños, las lecturas proclamadas por feligreses de ambos pueblos...

Al terminar la celebración litúrgica, los Grupos Parroquiales ofrecieron al Obispo las medallas de sus titulares. 

«Para mí, ha sido una experiencia muy positiva, la gente ha colaborado muchísimo, cada uno ayudando para que la Visita quedara lo mejor posible», concluye el párroco, Antonio Munsuri.