NoticiaPodcasts diocesanos Antonio Prieto: «Un pobre sabe dónde acudir en busca de ayuda, en muchas ocasiones, un matrimonio con problemas, no lo sabe» Antonio Prieto, vicario general de la Diócesis de Córdoba, en Casa Diocesana Málaga // E. LLAMAS Publicado: 10/05/2022: 8239 Antonio Prieto es el vicario general de la Diócesis de Córdoba, licenciado en “Teología del matrimonio y la familia” por el Pontificio Instituto “Juan Pablo II” de la Universidad Lateranense de Roma y doctor en “Teología Moral” por la Universidad Eclesiástica San Dámaso. Fue el ponente del segundo día de las Jornadas de Formación para el Clero con dos reflexiones en torno a la familia tituladas: “Custodios de la belleza de la familia” y “La ternura del acompañamiento”. Tras la ponencia concedió esta entrevista a los programas de COPE Málaga. IGLESIA NOTICIA 01/05/2022. ENTREVISTAS. Antonio Prieto, vicario general Diócesis Córdoba ¿Qué salud diría que tienen hoy día los matrimonios cristianos? Tienen la salud que nos da Cristo Resucitado. Ahora en Pascua, tenemos que llenarnos de alegría y esperanza, tenemos que volver continuamente a la fuente de gracia y vida que brota de los sacramentos del bautismo y del matrimonio. Cuando un matrimonio es fiel al sacramento que ha recibido, que es un sacramento permanente, la presencia de Dios en medio de ellos, como en Caná de Galilea, hará que el agua se convierta siempre en el vino nuevo del amor. ¿Cuáles son los retos mayores retos que tiene hoy día la Pastoral Familiar? En primer lugar, tiene un gran desafío antropológico-cultural, y la emergencia educativa, la transmisión de la fe a los hijos, la educación en general, es un gran desafío para el matrimonio. Y luego, aprender a amar, hacer de la vocación al amor el hilo conductor de toda la Pastoral Familiar, de tal manera que descubramos, tomemos conciencia y vivamos nuestro ser hijos para convertirnos en esposos y luego ser padres, respondiendo al amor de Dios. Éste es el amor verdadero, el amor que construye una historia y no se queda como una mera experiencia afectiva sin contenido. Por lo tanto, diría que los retos son la educación en el amor, vivir toda nuestra vida como una vocación al amor, una respuesta al amor de Dios y la gran emergencia educativa. ¿Tiene respuesta en nuestras parroquias el matrimonio con problemas o crisis? ¿Tenemos respuesta desde la Iglesia para acogerlos y ayudarles? Creo que sí. Creo que tenemos la buena noticia del Evangelio, el evangelio de la familia. Tenemos que trabajar muchísimo la acogida. Se ha dicho que un pobre en España sabe dónde ir, pero que un matrimonio con problemas muchas veces no sabe dónde ir. Gracias a Dios, en casi todas las diócesis existen Centros de Orientación Familiar, feligreses cada vez mejor formados en las parroquias, y también sacerdotes, que saben acoger y acompañar a la familia en cualquier situación de fragilidad, en cualquier problema que puedan encontrar. Al menos dar una luz y una orientación. Hemos escuchado muchas veces que la familia es la Iglesia doméstica, pero usted además nos dice que es la primera unidad pastoral, ¿en qué consiste? Es cierto. De hecho, en otro tiempo la misión que tenía el sacerdote era cuidar familia por familia, con sus problemáticas y dificultades. El problema es que hagamos una pastoral muy burocrática y que crezca tanto la estructura que al final las ramas nos impidan ver el bosque y perdamos de vista al sujeto pastoral de la Iglesia: la familia, la Iglesia doméstica. El mismo Hijo de Dios se encarnó y nació en una familia y la Iglesia nació en el Cenáculo, lo que quiere decir que nació en una familia. Por lo tanto, hemos de cuidar a la familia como una prioridad pastoral, que lo será siempre.