Recordando a Santa Teresa de Avila ha afirmado que «ser sacerdote para Teresa es descubrirse como «siervo del amor»y haberle dado a Dios la honra».  En este sentido, Mons. Catalá ha afirmado que «es necesario una intensa vida de oración y de gracia y de saberse alentado por quienes viven el ministerio ordenado como un don para la iglesia.»  Así mismo ha señalado que «nuestra época también necesita sacerdotes bien formados teológicamente, para saber explicar la fe ante las ideologías presentes en nuestra sociedad; y sacerdotes como hombres de oración.»

D. Jesús, dirigiéndose a los jóvenes que se plantean la vocación sacerdotal: «el Señor os llama a vivir una hermosa aventura; os invita a seguirle, a aceptar la voluntad de Dios en vuestras vidas. ¡Escuchad su voz y poneos a su disposición, para hacer lo que él os diga!»