NoticiaMigraciones En el corredor de la muerte Publicado: 15/01/2012: 2043 En su huida del hambre y la guerra, al menos 198 personas se dejaron la vida el pasado año en su intento por llegar a las costas españolas. La cifra, lejos de descender, aumenta en más de 60 con respecto a 2010, cuando se registraron 131 muertos o desaparecidos, si bien es cierto que sitúa los flujos migratorios desde el norte de África en datos similares a los de 2003. De hecho, se constata el aumento del número de inmigrantes que intentan llegar a las costas andaluzas, donde se contabilizó el mayor número de víctimas, junto a Argelia 8.867 personas intentaron llegar a España" durante 2011, un 65% más que en 2010, cuyo registro fue de 5.369. Los datos están recogidos en el informe Frontera Sur 2011, que sitúa a Andalucía como la principal región receptora, con la llegada de 3.357 personas; seguida de Ceuta (1.258) y Melilla (1.039). En el otro lado de la lista, se encuentran Baleares con la llegada de 48 personas, Canarias con 367 y Levante, con 448. Muchos subsaharianos recorren previamente el desierto durante meses con la esperanza de cruzar el Mediterráneo y llegar a Europa Estas cifras revelan que 1.542 personas decidieron llegar a tierras españolas a nado, a través de Ceuta y Melilla, mientras que 849 utilizaron lanchas de juguete. Muchos se quedaron en el intento. Se ahogaron o perecieron en las alambradas de las fronteras de las ciudades ceutí y melillense. Trágico final tras una travesía por el desierto que miles de inmigrantes, especialmente subsaharianos, recorren "durante meses con la esperanza de cruzar el Mediterráneo y llegar a Europa, en riesgo permanente de ser abandonados por sus guías y morir deshidratados, expuestos siempre a robos, matanzas y violaciones". En Argelia "son sometidos a todo tipo de arbitrariedades y vulneraciones de derechos por las autoridades, decididas a cumplir a rajatabla su papel de buen policía de fronteras de la UE", recoge el informe. Cuando al fin llegan a los entornos de Ceuta y Melilla o a Tánger, se inicia otra odisea: cruzar los 14 kilómetros de mar que los separan de las costas españolas. Muy pocos lo logran, muchos mueren y muchos más quedan varados en las ciudades marroquíes, sometidos a la violencia y las arbitrariedades de la policía y al abandono por parte de las instituciones internacionales. También se exponen al racismo de los medios y de una parte de la población Autor: elmundo.es