En la actualidad, la Iglesia española ha conseguido, gracias a Dios, una total separación del poder político. Este nuevo estilo es más evangélico, pero implica independencia en todos los aspectos: también en lo económico. Pero la mayoría de los cristianos no somos conscientes de ello. Quizá porque las propias parroquias no han sabido explicarse.  

No es el caso de determinadas comunidades parroquiales en las que los seglares han tomado conciencia de su responsabilidad y han suscrito una cuota fija para contribuir a la mejor organización de la economía interna.

El párroco de San Francisco Javier, en Málaga capital, Juan Manuel Parra, manifiesta su satisfacción por el sistema de cuotas que, en su parroquia actual, se puso en marcha mucho antes de que él llegara: «La campaña empezó con motivo de la construcción del nuevo templo. Más adelante, se insistió en la necesidad de que fueran los feligreses quienes sostuvieran económicamente la parroquia. Este sistema lo valoro positivamente. Sabes con seguridad  de cuánto puedes disponer al mes, entre otras cosas»

Según el párroco, el número de cuotas asciende a unas 63 y la media de aportación al mes oscila entre 15 y 20 euros. Los ingresos por cuotas suponen el 50% del presupuesto de la parroquia».

Por su parte, José Emilio Cabra, arcipreste de Ronda, nos cuenta también su experiencia positiva: «Nuestra idea era llegar a los cien socios con cuota domiciliada (los “amigos de Santa Cecilia”, los llamábamos). Lo  planteamos principalmente en las eucaristías, los grupos parroquiales, los medios de comunicación locales y en la revistilla que ocasionalmente repartimos por las casas. El mensaje que transmitíamos era: es preferible que 100 personas participen con 10 euros al mes, a que 10 personas participen con 100 euros; así la obra sería más de todos. Cuando acabamos la obra –y con la crisis económica– algunos socios se dieron de baja, aunque la mayor parte de ellos se ha mantenido y nos da tranquilidad para afrontar las mensualidades del préstamo. Actualmente contamos con 95 cuotas. El importe medio es de 15 euros al mes, lo que supuso en 2010 alrededor del 20% de los ingresos de la parroquia».

«A la vez, el anterior párroco del Socorro, D. Diego Gamero, también se preocupó de allegar fondos estables a la parroquia. Actualmente hay 36 cuotas domiciliadas, con un importe medio de 25 euros, que supusieron en 2010 el 15% de los ingresos totales».

Con la unificación de las parroquias y de la contabilidad en 2011, las aportaciones de los socios nos dan la tranquilidad de contar con un “colchón” fijo todos los meses. Además, para los feligreses es una manera muy práctica de saberse Iglesia, de sentirla como suya».