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Entrega de la Medalla "Pro Ecclesia Malacitana" a D. José Manuel García Jabato (Parroquia San Felipe Neri-Málaga)

José Manuel García Jabato recibe la Medalla Pro Ecclesia Malacitana de manos del Sr. Obispo, D. Jesús Catalá
Publicado: 06/11/2021: 734

Homilía del obispo de Málaga, Mons. Jesús Catalá, en la entrega de la Medalla "Pro Ecclesia Malacitana" a D. José Manuel García Jabato celebrada en la parroquia San Felipe Neri en Málaga

ENTREGA DE LA MEDALLA “PRO ECCLESIA MALACITANA” A D. JOSÉ-MANUEL GARCÍA JABATO,

(Parroquia de San Felipe Neri-Málaga, 6 noviembre 2021)

1.- La viuda de Sarepta

Según el libro de Reyes el profeta Elías fue a Sarepta, siguiendo las indicaciones del Señor; y allí encontró a una viuda a la que le pidió alimento. (cf. 1 Re 17, 10-11).

Aunque ella se excusó por no tener qué comer, hizo caso al profeta, quien le aseguró de parte del Señor: «La orza de harina no se vaciará, la alcuza de aceite no se agotará hasta el día en que el Señor conceda lluvias sobre la tierra» (1 Re 17, 14).

Y la palabra de Elías se cumplió: «Por mucho tiempo la orza de harina no se vació ni la alcuza de aceite se agotó, según la palabra que había pronunciado el Señor por boca de Elías» (1 Re 17, 16).

2.- La viuda del Evangelio

Según el evangelio de Marcos, Jesús, sentado enfrente del cepillo del templo, observaba a la gente que iba echando dinero. Los ricos echaban mucho (cf. Mc 12, 41); pero una viuda pobre echó unos céntimos (cf. Mc 12, 42).

Y llamando a sus discípulos les dijo: «En verdad os digo que esa pobre viuda ha echado en el cepillo más que nadie. Porque los demás han echado de lo que les sobra, pero ésta, que pasa necesidad, ha echado todo lo que tenía para vivir» (Mc 12, 43-44). Contrasta la vida y las actitudes de los fariseos, escribas y poderosos con la vida de los pobres y necesitados.

A través de la mirada de Jesús sus discípulos y cada uno de nosotros podemos fijarnos en el gesto de la viuda pobre. La mirada de Jesús es especial, que sabe ver las cosas incluso más insignificantes, pero que tienen su importancia. Podemos compararlo con la mirada del artista, que contempla la realidad de modo distinto a los demás. Cuando contemplamos una obra de arte, miramos la realidad a través de la mirada del artista, que tiene una sensibilidad especial.

Jesús nos invita hoy a mirar con su mirada y nos dice que miremos lo que hace esta viuda, cuyo gesto contiene una gran enseñanza: su óbolo es sinónimo de la generosidad de quien da sin reservas lo poco que posee.

3.- Confianza en Señor y generosidad

Ambas viudas, la de Sarepta y la del Evangelio, se fían de la providencia de Dios y por eso son generosas. Ninguna de ellas tiene apenas recursos para subsistir, pero son capaces de dar todo lo que tienen; porque “confianza” y “generosidad” van unidas.

El Salmo nos anima a confiar plenamente en el Señor, porque Él «hace justicia a los oprimidos, (…) da pan a los hambrientos (…) liberta a los cautivos» (Sal 145, 7); «ama a los justos» (Sal 145, 8).

El Señor es quien nos cuida con su providencia amorosa y nos concede lo necesario para vivir. Seguramente, nosotros no tenemos la misma confianza que aquellas viudas tenían en el Señor; porque si fuera así, seríamos más generosos.

El gesto de generosidad de la viuda expresa lo que significa pertenecer como “piedras vivas” al nuevo Templo construido por Jesucristo; es decir, la entrega completa de sí mismo al Señor y al prójimo.

La gran enseñanza de las lecturas de hoy es que tengamos confianza en el Señor, que nos fiemos de Él y que seamos generosos en consecuencia. Pero si no tenemos confianza en el Señor fallaremos en generosidad.

4.- Medalla “Pro Ecclesia Malacitana”

Hoy concedemos a D. José-Manuel García Jabato la Medalla “Pro Ecclesia Malacitana”, para agradecer su generoso y largo servicio en esta parroquia de San Felipe Neri.

En este templo, que nos recuerda a la Iglesia, templo vivo de Dios, nuestro hermano José-Manuel ha dedicado gran parte de su tiempo y de su vida. Por eso la Diócesis de Málaga desea agradecer su generosidad y dedicación.

La Iglesia prolonga en el espacio y en el tiempo la oblación del Hijo de Dios, quien: «Se ofreció una sola vez para quitar los pecados de todos» (Hb 9, 28), expresando así todo su amor hacia nosotros.

La Iglesia renace incesantemente de la Eucaristía y de la entrega de Jesús, continuando en el tiempo su entrega y su amor. Cada uno de nosotros está llamado a entregar su vida por el Señor, por la Iglesia y por los hermanos, prolongando de ese modo la presencia de Cristo entre los hombres, tal como Él mismo dijo: «En verdad os digo que cada vez que lo hicisteis con uno de estos, mis hermanos más pequeños, conmigo lo hicisteis» (Mt 25, 40).

Querido José-Manuel, muchas gracias por tu dedicación, tu tiempo y tu generosidad. Los pequeños gestos de amor serán recompensados infinitamente por el Señor. Pongamos nuestra vida en manos del Señor y en su providencia, que siempre nos asiste. Jesús nos dice: «Haceos tesoros en el cielo, donde no hay polilla ni carcoma que los roen, ni ladrones que abren boquetes y roban. Porque donde está tu tesoro, allí estará tu corazón» (Mt 6, 20-21).

5.- Día de la Iglesia Diocesana

Hoy celebramos en España el Día de la Iglesia Diocesana con el lema: «Somos lo que tú nos ayudas a ser. Somos una gran familia contigo».

En este marco de la generosidad de las viudas y de nuestro hermano José-Manuel pedimos a Dios por nuestra Iglesia diocesana. Necesitamos la generosidad de todos, para poder llevar a cabo la misión que el Señor nos encomienda. Necesitamos recursos económicos, pastorales y de personal; necesitamos estructuras, templos y locales para llevar a cabo nuestra tarea.

Pedimos a Dios que nos bendiga y que la Santísima Virgen María que nos aliente en la entrega a los demás y en el servicio a la Iglesia. Amén.

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