Diócesis

Carta a Filemón y Carta a los Hebreos

Publicado: 29/04/2013: 5132

La segunda prioridad pastoral diocesana para este año es «Potenciar el conocimiento de la Palabra de Dios y la lectura orante de la misma» y una de las acciones propuestas para llevar a cabo esta prioridad era "ofrecer formación bíblica en el ámbito parroquial y arciprestal". A lo largo de este curso, hemos presentado los distintos libros que componen el Nuevo Testamento, ciclo que cerramos con las cartas a Filemón y a los Hebreos.

CARTA A FILEMÓN

Este breve billete de recomendación de Pablo a su discípulo Filemón ocupa un rango singular en el epistolario inspirado del Nuevo Testamento: a Filemón –rico propietario de Colosas– se le ha escapado uno de los esclavos: Onésimo. Pablo lo convierte. Arrepentido de su fuga, pide a Pablo que interceda por él ante su antiguo dueño. Pablo lo hace. Es, seguramente, el único texto del epistolario paulino escrito de su puño y letra en su totalidad.

La división sigue sencillamente el ritmo del razonamiento de una carta personal que trata de cambiar las disposiciones interiores de un amigo que quiere vivir de veras como cristiano.

He aquí su esquema:
1. Saludo, con acción de gracias: 1-7.
2. Defensa de Onésimo: 8-21.
3. Despedida, con saludos: 22-25.

La fecha de composición depende de la cautividad a la que hace referencia. Si se tratara de una prisión de Arsia, sería de los años 50. Si de la de Roma o Cesarea, habría que situar el escrito en los 60.

La autoría paulina es tan evidente que nunca ha sido cuestionada.

El escrito ha tenido su importancia en la formación de la conciencia cristiana sobre las condiciones de los esclavos en el seno de la Iglesia.

CARTA A LOS HEBREOS

La carta a los Hebreos es uno de los escritos teológicos más importantes del Nuevo Testamento. La doctrina sobre el sacerdocio de Cristo y el valor sacrificial de su muerte reciben en esta carta su formulación definitiva.

Aunque se incluya entre las cartas del Nuevo Testamento, y su final tenga los caracteres del género epistolar (13,23-25), no se ajusta a las leyes de dicho género. Es más bien un escrito exhortatorio del tipo homilético, con claras influencias de hermenéutica alejandrina. El género literario y la finalidad del escrito se describen en 13,22 como una palabra de exhortación.

Se trata de un escrito cuya finalidad es alentar a un grupo de cristianos, venido del judaísmo, a mantenerse firmes en su nueva fe (10,32-36; 12,3s). Era normal que los fieles israelitas, habituados al esplendor y los valores de la liturgia del segundo templo, sintieran nostalgia de aquellas ceremonias. El autor de la carta se dirige a ellos (4,14-16; 12,9s) tratando de evitar que retornen a las viejas prácticas. Sería un terrible paso de apostasía (3,7-14; 10,24s).

A los ojos de estos nuevos cristianos se presenta la espléndida visión de Cristo, Hijo de Dios, superior a los ángeles, hombre nuevo, que realiza una maravillosa obra de mediación sacerdotal superior a la de Moisés, introduciendo una alianza nueva y mejor, un sacerdocio también mejor, superior al de Leví, según el modelo de Melquisedec. Además, esta novedad trae consigo otras: un templo nuevo, un culto nuevo, un sacrificio nuevo, una vida nueva, toda ella animada por la ley del amor.

ESTRUCTURA

Atendiendo a este contenido, se puede ofrecer el siguiente esquema, al que se ajusta todo el tratado:
1. Prólogo: 1,1-4.
2. La superioridad de Cristo como Hijo: 1,5-4,13.
3. El sacerdocio de Cristo: 4,14-10,18.
4. La fe en la vida cristiana: 10,19-13,19.
5. Epílogo: 13,20-25.

AUTOR

Aunque tradicionalmente tenida por escrito paulino, la autoría de la carta ha sido discutida. Esta incertidumbre explica las dudas que retrasaron la recepción de la carta en el canon. Hebreos es el único texto deuterocanónico del corpus paulino. Una opinión moderna atribuye la carta al alejandrino Apolo, personaje conocido por otros escritos del Nuevo Testamento (Hch 18,24-28); 1 Cor 1,12; 3,5-9; 16,12). El leccionario litúrgico ha zanjado la cuestión de la estricta atribución a Pablo mediante una modificación en el encabezamiento de su lectura: Carta a los Hebreos. Es cierto que el estilo y el contenido distinguen netamente a este escrito de las cartas de Pablo, si bien no pocos temas les son comunes.

ÉPOCA DE COMPOSICIÓN

Sobre la época de composición no hay unanimidad. Quienes creen que en varios lugares se alude al culto judío en vigor cuando se redactó el escrito, creen que es anterior a la destrucción del templo el año 70.

Quienes, por el contrario, se fijan en el carácter singular de su doctrina sacerdotal, creen que se trata de una época en que ya se ha desarrollado la explicación de la muerte de Cristo como un acto sacrificial, y la condición mesiánica, unida a su sacerdocio conforme a los vaticinios del salmo 109.

CONTENIDOS

El contenido doctrinal es de gran riqueza, sobre todo en el orden cristológico, por la doctrina de Cristo como palabra definitiva de Dios (1,1-4) y los desarrollos sobre el sacerdocio y el sacrificio de Cristo (cap. 5-10).

Contiene también indicaciones interesantes sobre la vida cristiana como peregrinación (cap. 3-4), la angelología (1,5-14), la teología de las dos alianzas (12,18-24), la fe (cap. 11) y la perseverancia cristiana (cap.12).

Autor: Conferencia Episcopal Española

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