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Jornadas Nacionales de Teología de la Caridad e inauguración del 75 aniversario de Cáritas Española (Catedral-Málaga)

Publicado: 20/02/2022: 7857

Homilía pronunciada por el Obispo de Málaga, Mons. Jesús Catalá en la Misa celebrada en la Catedral de Málaga con motivo de la clausura de las Jornadas Nacionales de Teología de la Caridad e inauguración de los actos del 75 aniversario de Cáritas Española

JORNADAS NACIONALES DE TEOLOGÍA DE LA CARIDAD

E INAUGURACIÓN 75 ANIVERSARIO DE CÁRITAS ESPAÑOLA

(Catedral-Málaga, 20 febrero 2022)

Lecturas: 1 Sam 26, 2.7-9.12-13.22-23; Sal 102, 1-4.8.10-13; 1 Co 15, 45-49; Lc 6, 27-38. (Domingo Ordinario VII-C)

 

1.- Clausuramos hoy las XVIII Jornadas Nacionales de Teología de la Caridad, celebradas este año en Málaga, cuyo lema ha sido: “La Iglesia, una comunidad fraterna y cuidadora”.

Cáritas Nacional lleva varios años organizando encuentros de formación, para promover la dimensión social y animar la vida de la Iglesia en el espíritu caritativo.

Agradecemos a los organizadores su dedicación y su buen hacer, que ha posibilitado una fructuosa celebración. Gracias también a los ponentes por su oportuna reflexión, que ha aportado una profundización y actualización de la tarea propia de Caritas desde distintas perspectivas: teológica, moral, filosófica y también la propia de la doctrina social de la Iglesia; gracias asimismo a los participantes en la mesa redonda, donde se ha reflexionado sobre la sociedad de los cuidados, desde la teología, la sociología, la política y las artes.

Las Jornadas han sido enriquecidas por unos de talleres en los que se concretizaba el cuidado de las personas mayores, de las personas en extrema exclusión, de los voluntarios y del cuidado de la casa común. Los participantes han salido enriquecidos y por ello ahora damos gracias a Dios. Y todos somos también enriquecidos por esta reflexión, porque terminadas las Jornadas podemos empaparnos de la reflexión que allí se ha realizado.

2.- Los objetivos de estas Jornadas se han centrado, en primer lugar, en la invitación que el papa Francisco, en su mensaje con motivo de la Jornada Mundial de la Paz del año 2021, nos hacía para ir creando una cultura del cuidado para superar la indiferencia, el rechazo y la confrontación, que suele prevalecer en estos tiempos nuestros (cf. n. 1).

En segundo lugar, en la profundización del papel de la Iglesia y concretamente de Cáritas en la sociedad de los cuidados; y, en tercer lugar, en compartir experiencias en el cuidado de los más vulnerables de la sociedad.

Entre los objetivos de este encuentro ha estado también profundizar en el papel que tiene la Iglesia en general y Cáritas en particular, en lo que hoy se viene a llamar la "sociedad de los cuidados", que consiste en otro modelo de sociedad que ponga en el centro de la vida el cuidado de la persona y la justicia.

3.- Jesús, en el evangelio que se ha proclamado, nos ha apremiado a ser «misericordiosos como vuestro Padre es misericordioso» (Lc 6, 36). Sin juzgar ni condenar; más bien perdonando, para ser perdonados (cf. Lc 6, 37); y dando, para recibir abundantemente (cf. Lc 6, 38).

Dios nos ha amado y nos exhorta a amar; en Él reside nuestra fuerza y la razón de nuestro amor al prójimo. Podemos amar porque Dios nos ha amado primero. La vida del ser humano comienza con experimenta de ser amado; la experiencia de ser amados y de la misericordia de Dios llena de amor nuestro corazón y nos capacita para amar al prójimo, incluso hasta las últimas consecuencias y en los casos más extremos.

En el imaginario humano existe el principio general de hacer al otro lo que uno desearía que le hicieran a él. El mismo Jesús nos lo recuerda: «Tratad a los demás como queréis que ellos os traten» (Lc 6, 31). Este proverbio está presente en todo tipo de civilización y cultura.

Pero esto no es suficiente según la enseñanza de Jesús: «Pues, si amáis a los que os aman, ¿qué mérito tenéis? También los pecadores aman a los que los aman» (Lc 6, 32).

4.- Jesús nos exige más: «En cambio, a vosotros los que me escucháis os digo: Amad a vuestros enemigos, haced el bien a los que os odian» (Lc 6, 27); «bendecid a los que os maldicen, orad por los que os calumnian» (Lc 6, 28). No es fácil comportarse así; para ello necesitamos la gracia del Señor; porque no somos capaces con nuestras propias fuerzas de amar a quien nos odia o a quien nos hace el mal.

Habiendo sido amados por Dios y con la fuerza de su amor podemos corresponder al amor de Dios y cumplir lo que Jesús nos pide: poner la otra mejilla ante quien nos pega en la mejilla; no negar la túnica a quien te quita el manto (cf. Lc 6, 29); dar a todo aquel que te pida y no reclamar a quien tome lo tuyo (cf. Lc 6, 30); prestar sin esperar recibir nada (cf. Lc 6, 34).

Jesús, el Maestro, enseña a sus discípulos y a la gente el camino para ser dichosos. Las bienaventuranzas, que es el camino de la felicidad, van unidas a las exigencias del mandamiento del amor: «Amad a vuestros enemigos, haced el bien y prestad sin esperar nada; será grande vuestra recompensa y seréis hijos del Altísimo» (Lc 6, 35). He aquí la razón fundamental: ser hijos de Dios. El Hijo de Dios nos amó hasta el extremo (cf. Jn 13, 1) y nos enseñó a amar (cf. Jn 15, 12); y los hijos adoptivos de Dios somos capaces de amar en Cristo y ser felices amando.

5.- Con esta Eucaristía, queridos hermanos, clausuramos las Jornadas Nacionales de Teología de la Caridad, pidiendo a Señor que nos conceda ser cada día más una “comunidad fraterna y cuidadora”.

Queremos ofrecer a nuestros hermanos más vulnerables de la sociedad los cuidados necesarios, para que tengan calidad de vida humana, se sientan miembros de la gran familia de la Iglesia y gocen, como hijos de Dios, del calor y del afecto de la fraternidad.

En esta misma celebración concurren otras dos efemérides. Una es la apertura o inicio de la celebración de los 75 años de Cáritas Española.

Pedimos en esta eucaristía por todos los que han dedicado su vida, su tiempo y su esfuerzo en Caritas Española durante estos largos años y han hecho posible tantos proyectos de promoción humana, de ayuda humanitaria y de verdadera fraternidad y caridad. Ahora le pedimos al Señor que bendiga el camino, que queda por recorrer. Mis mejores deseos para esta nueva etapa.

“Caritas”, como institución eclesial, nació hace 75 años. Pero no nos cansaremos de decir que “Caritas” es la Iglesia; y, por tanto, “Caritas” existe desde que existe la Iglesia. La “caritas” institucional, organizada, ha sido creada en el tiempo y deseamos que continúe; pero todos debemos participar en el amor al prójimo como fruto del amor de Dios y del amor a Dios. Pedimos al Señor que bendiga esta tarea eclesial de amor y cuidado a los hermanos y que promueva entre todos los fieles la actividad caritativa y social. Hagamos con el Señor Jesús, quien pasó haciendo el bien (cf. Hch 10, 38).

La segunda efeméride concurrente en el día de hoy es el Día Mundial de la Justicia Social, que ayuda a sensibilizar en la promoción de la justicia, de la igualdad y de los derechos fundamentales del ser humano.

Ponemos en las manos de Señor estas tres intenciones: la clausura de las Jornadas Nacionales de Teología de la Caridad, los 75 años de Cáritas Española y el Día Mundial de la Justicia Social. Todo va en la misma línea del gran mandamiento que Cristo nos dejó: amor a Dios y al prójimo.

Unimos en nuestra plegaria todas estas intenciones, que presentamos a Dios por mediación de Jesucristo, el Señor, y por intercesión de la Santísima Virgen, nuestra Madre y Madre de la Iglesia. Amén.

Audio de la homilía:

 

 

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