En palabras del delegado, Salvador Merino, «este curso ha sido muy especial, entre otras cosas porque prácticamente todas las clases han sido online, y lo que parecía a priori un curso que nos iba a permitir poca actividad y poco contacto entre nosotros, se ha convetdio en un curso intenso, con actividades mensuales en la parroquia de Santa Inés, con encuentros y charlas y en el que numerosos jóvenes se han acercado a la Pastoral Universitaria».

«Por eso, lo considero un Año de Gracia,-continúa el delegado- muy especial para nosotros además porque en el campo de la propia universidad, los que somos profesores y el resto del personal hemos dedicado grandes esfuerzos a luchar contra la pandemia por medio del trabajo y la investigación, y los propios estudiantes han sido disciplinados para salir con éxito. Esta Eucaristía, con las medidas de sguridad necesarias, nos permite finalizar este curso fructífero y lleno de nuevos retos, y celebrarlo juntos».