NoticiaEducación Niños excluidos del plan alimentario reciben comida para sus hogares Publicado: 25/03/2020: 8066 Colegios concertados como el de Misioneras Cruzadas de la Iglesia o Ciudad de los Niños quedan fuera del reparto de alimentos de la Junta de Andalucía, pero consiguen ayuda para poder dar de comer a sus alumnos y familias. El reparto se podrá hacer gracias a la ayuda de Cáritas Diocesana de Málaga, la Agrupación de Cofradías de Semana Santa de Málaga, la Cofradía de la Santa Cruz, la congregación de las Misioneras Cruzadas de la Iglesia y donaciones de personas particulares La suspensión de clases durante el estado de alarma provocado por el coronavirus deja a los menores que sufren riesgo de exclusión social sin acceso al servicio de comedor de sus colegios, algo indispensable para sus familias. Por ello, la Junta de Andalucía ha habilitado un reparto de comida que, sin embargo, no llega a todos. El Colegio de las Misioneras Cruzadas de la Iglesia, en La Palma-Palmilla, ha quedado excluido de este plan de garantía alimentaria. Niños del barrio se quedan sin comedor, como también los del colegio Ciudad de los Niños. «Desde que salió publicado el listado de colegios que iba a ser atendido desde los servicios de comedor, el martes 17, nos sorprendió que los alumnos de nuestro colegio estaban excluidos. La excusa que encontramos es que los niños en riesgo de exclusión social de la pública acceden por el plan SIGA y los de los concertados acceden al comedor por una convocatoria diferente, de concurrencia competitiva. Pero olvidamos que estamos hablando de menores en riesgo de exclusión social, no de pública o concertada. El problema es que no están recibiendo el mismo trato», cuenta José Miguel Santos, director del centro religioso de la Palma-Palmilla. Han elevado su queja a las autoridades competentes, sin recibir alternativa, por lo que han tenido que buscar una solución compensatoria. «Las familias del colegio nos hacen llegar situaciones muy graves que están pasando. No pueden, no podemos, esperar a que una Administración quiera solucionar algo que es muy sencillo. Por eso, nos hemos puesto en marcha», añade. Tras emitir un comunicado, el colegio ha conseguido llamar la atención de la opinión pública y ha puesto en marcha una iniciativa propia con el apoyo de Cáritas Diocesana de Málaga, la Agrupación de Cofradías de Semana Santa de Málaga, la Cofradía de la Santa Cruz, la congregación de las Misioneras Cruzadas de la Iglesia y donaciones de personas particulares. «Muchas instituciones y personas se han mostrado sensibles a la situación y gracias a ellos hemos empezado ya a dar respuesta a las familias, ofreciéndoles bolsas de comida los martes y jueves, para que puedan llevárselas a casa y tener así para la semana», cuenta José Miguel, que está al frente junto a monitores de comedor para llevar a cabo la entrega. «Agradecemos la sensibilidad de todas estas entidades de Iglesia y personas de buena voluntad de nuestra ciudad que ante la grave situación que viven nuestros alumnos y familias, se ha coordinado para poder llevar a cabo este servicio de comedor en casa». «Estamos viviendo una situación muy difícil -cuenta Rocío, monitora del comedor del colegio-. nueva y con mucha icnertidumbre para todos. Nos piden que nos quedemos en cas, que no compremos más de lo necesario, que guardemos la calma, pero ¿qué ocurre con esas personas que no tienen casa donde quedarse, que no tienen para comer ni lo que necesitan? ¿y los que no tienen recursos para hacer frente a esta situación, dónde quedan? Trabajo en un colegio maravilloso, con compañeros y compañeras más maravillosos aún, con un equipo directivo extraordinario y con familias comprometidas y estupendas, que hacen posible que nuestra labor se lleve a cabo de la mejor manera. Llega esta situación y nos vemos atados de pies y manos. No nos subvencionan el comedor, una injusticia, pero nuestro equipo directivo no está quieto. Tenemos que bajar a la calle. Nuestras familias nos necesitan. Un buen amigo, en estas situaciones tan apretadas, siempre me dice lo mismo: "Ánimo, estoy con vosotros, no temáis". En ocasiones cuesta confiar, pero una vez más, lleva razón. Lo hemos conseguido. Hay gente maravillosa que sigue haciendo cosas maravillosas y ayudan a que el comedor sea posible en esta situación. Nos ponemos en marcha, localizamos a las familias y comienza el reparto. Llega la comida, hacemos bolsas, llega más comida, pasan madres, padres, hermanos, rostros rotos pero sin perder la sonrisa y el agradecimiento que da sentido a esto. Hoy más de cien niños van a tener comida en casa. Buen trabajo, compañeros. Las misioneras son una gran familia y vuelvo a casa rota, por no poder abrazar a las que son mis familias, a la gente que tanto quiero, por no poder darles un beso de aliento, rota porque es injusto que siempre sean los mismos. Como dice Nazaria, "bajad a la calle, daros y acercaros a los que más os necesitan, y aquí estamos, lo más cerca que esta situación nos permite. Gracias. A las familias, les digo. Vosotros sois luz y sal del mundo, no se os puede ocultar. Brille de tal modo vuestra luz delante de los hombres que lleguemos a deslumbrar las injusticias que existen en nuestro mundo». «No ha faltado ninguna de las cien familias avisadas, -cuenta Santos tras el primer día de reparto- respetando en todo momento las normas de seguridad. Pero nos cuentan que lo están pasando muy mal, que están viviendo situaciones que no nos podemos ni imaginar. Lo seguiremos haciendo martes y jueves, organizándonos para que nada de lo que nos llega se quede sin repartir, y hemos recibido aviso de alumnos en exclusión de un instituto público para ayudarles, y los vamos a incorporar. Nosotros no diferenciamos. Son niños en necesidad», explica.