NoticiaEntrevistas José Luis Gadea y Magüi Gálvez: «El amor es para vivirlo» José Luis Gadea y Magüi Gálvez, creadores de Proyecto Amor Conyugal Publicado: 19/06/2018: 25071 «Proyecto Amor Conyugal no es un movimiento, sino un proyecto diocesano que surgió en la Diócesis de Málaga. Trabajamos de la mano de Pastoral Familiar y estamos extendidos ya por nueve diócesis», así presentan este proyecto familiar José Luis y Magüi, creadores de esta experiencia. ¿Cómo nació Proyecto Amor Conyugal? Nació en Fátima, donde Nuestra Madre nos suscitó una misión para matrimonios, empezando por sanar el nuestro. A partir de ahí, fue dirigiendo cada paso. Nos llevó a las catequesis del Amor Humano de san Juan Pablo II y las hemos adaptado en un itinerario para matrimonios que nos ayuda a descubrir la verdad y la belleza que Dios pensó al crear el matrimonio, sanando lo herido y mostrándonos cómo edificar un matrimonio pleno. Es el camino para el matrimonio que no se conforma con una mediocridad y quiere vivir una comunión juntos y con Dios. Esto implica reconstruir o continuar avanzando hacia la grandeza de la sacralidad del matrimonio tal como Dios lo "pensó". Estas catequesis se siguen en grupos, normalmente en parroquias, y están dando muchos frutos. También hacemos retiros basados en las catequesis y estamos viendo verdaderos milagros. Allí viven unas experiencias inolvidables sobre la grandeza y la belleza del matrimonio. Tanto es así que la mayoría dicen que ha sido un antes y un después en su matrimonio. Un proyecto malagueño exportado a otras ciudades de España. Proyecto Amor Conyugal no es un movimiento, sino un proyecto diocesano que surgió en la Diócesis de Málaga. Nosotros trabajamos de la mano de Pastoral Familiar y se ha ido extendiendo a otras diócesis. Actualmente está muy activo en Madrid, Barcelona, Sevilla, Córdoba, Pamplona y Mallorca; además, hemos comenzado a trabajar en Valladolid y Vigo, a petición de algunas parroquias. Este es un proyecto misionero que demandan sacerdotes y feligreses. Con las bendiciones del párroco, de la Delegación de Familia y Vida y del Obispo de la zona, acudimos a hacer un anuncio sobre la verdad y la belleza del matrimonio. De esos anuncios y de los retiros, surgen grupos de matrimonios que siguen este itinerario conyugal, pero es su proyecto, nosotros nos limitamos a orientarlos y ayudarles a lanzarlo y darle continuidad. También hay algunos movimientos que lo han incorporado como un servicio para sus matrimonios. ¿Cómo ayuda a los matrimonios? Pues es un camino de fe, de formación y vida. Ayuda a acercarse el matrimonio a Dios, a través de nuestra vocación conyugal, que tiene unas leyes específicas establecidas por el Creador y es necesario conocer. Ayuda también a aprender a amar, porque no nacemos sabiendo amar, y es mejor aprender de la revelación de más de 2.000 años suscitada por el Espíritu Santo en la Iglesia, que aprender a base de golpes, lo que a veces lleva al matrimonio a una situación casi insostenible. En el ámbito de la fe, promovemos la oración juntos, que es un tesoro escondido pendiente de descubrir por muchos. Al principio, el hombre y la mujer paseaban juntos al atardecer con Dios. Y por último, ayuda también a llevar a la vida eso que hemos aprendido, porque el amor es para vivirlo. Hay cosas que nos pueden parecer una locura, pero cuando las ponemos en práctica vivimos una maravilla desconocida hasta entonces. San Juan Pablo II nos ha dejado unas puertas abiertas, para que las crucemos y vivamos lo que hay detrás, y es impresionante la nueva perspectiva que se nos va abriendo según avanzamos. ¿Es posible que permanezca el amor en el matrimonio? No solo es posible, sino que es obligatorio pensar que es posible. De lo contrario, estaríamos dudando de la omnipotencia divina y de los efectos de la entrega de Cristo. Lo que pasa es que tenemos que creer en Dios de verdad, dejarnos llevar por Su lógica, que no tiene nada que ver con la lógica del mundo, y caminar juntos de Su mano. Cuando te decides por ejemplo a aplicar las Bienaventuranzas al matrimonio, los frutos son espectaculares. Pero es importante no hacer rebajas al matrimonio, porque pierde su belleza y su grandeza. Podemos vivir una buena convivencia humana y conformarnos con eso mientras nos llevemos bien y no surjan complicaciones, o vivir el matrimonio como algo sagrado que consiste en ir sustituyendo nuestro amor por el Amor de Dios, y en la medida en que vamos haciendo ese cambio, se hace realidad la promesa de la Caridad Conyugal. Los esposos cristianos tenemos un gran tesoro, un don necesario de descubrir: la gracia de un Sacramento, que es la semilla que nos permite vivir un amor más grande. No todos lo han recibido, y algunos que lo han recibido, por desconocimiento, lo tienen enterrado, pero los que lo hemos recibido, tenemos la gran responsabilidad de saber cómo responder y hacer fructificar esa semilla. Obviamente nuestra relación tiene que pasar por la cruz, por la humildad, por la fidelidad... porque así es el Amor de Dios. ¿Cómo se puede contactar con ustedes? A través de nuestra web ProyectoAmorConyugal.es o haciéndonos llegar un e-mail a proyectoamorconyugal@gmail.com y les acogeremos con todo nuestro cariño en nombre de Nuestra Madre, la Virgen María, que, en definitiva, es quien los llama.