NoticiaStma. Virgen «La devoción a María Auxiliadora en Málaga llama la atención» Publicado: 23/05/2022: 12158 Entrevista Como cada año cuando se acerca el 24 de mayo, son numerosos los malagueños que se acercan al Santuario de María Auxiliadora, como explica el director de la Casa Salesiana de Málaga, Antonio Gil Prieto. Han pasado cerca de 200 años, concretamente 198, desde aquel sueño que tuvo Juan Bosco a los 9 años en el que el Señor le encomendó una gran tarea y le dio una ayudante, María Auxiliadora. Efectivamente, cuando el entonces Juanito niño se asustó ante la tarea tan enorme que se le encomendaba de "convertir a lobos en corderos", refiriéndose a los niños más pobres de Turín, el Señor le dijo: “yo te daré la maestra”. Al pasar de los años, antes de morir, tan gastado como él prometió, a la vuelta de un viaje se echó a llorar diciendo: “si hubiera tenido más devoción habría conseguido hacer más cosas”, pero justo después declaró: “Ella lo ha hecho todo”. Porque, como él decía: “si queréis saber lo que son milagros, rezad a María Auxiliadora”. Y la devoción hacia María “Auxilio de los cristianos” sigue igual de viva hoy en Málaga que en el Turín del siglo XIX, ¿no es así? Cierto. Cada año, cuando se acerca el 24 de mayo, el Santuario se llena varias veces al día, desde que comienza la novena en su honor, el 15 de mayo, hasta el 23. El 24 tenemos siete celebraciones de la Eucaristía. Y es que, se nota la emoción de la gente que mira a María Auxiliadora como la salvación. Hay continuas ofrendas de flores. Concretamente en Málaga, llama la atención la devoción tan grande y arraigada. La imagen de María Auxiliadora fue coronada canónicamente en nuestra ciudad en 1907 por el Obispo de entonces, Mons. Juan Muñoz Herrera, lo que significa que ya en aquella época había en torno a ella un gran movimiento de fieles que realmente dependían y acudían a ella como Auxilio. Hace 4 años celebró en Málaga sus bodas de oro como sacerdote salesiano ¿Cómo surgió su vocación? ¿Por qué salesiano? Así es, aunque valenciano de adopción, nací en Odón, Teruel, en el año 1940. Recuerdo que, siendo niño, conocí a un salesiano muy simpático que me habló de la posibilidad de formarme como salesiano y, cuando se lo pregunté a mis padres, me respondieron: “Si va a ser tu camino de felicidad, adelante”. A los dos años de ordenado ya me pidieron que fuera director de una comunidad salesiana y así he pasado gran parte de mi vida. He estado en seis colegios, seis años de director en cada uno. Toda una vida Sí, y al volver la vista atrás solo hay una palabra: gracias. Es verdad que la vida tiene altibajos, pero estoy muy agradecido a Dios y a la gente que tengo alrededor. A los malagueños en particular les tengo un inmenso cariño porque en estos años me han demostrado una cercanía, un afecto y unas ganas de colaborar muy grandes.