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Manifiesto por los migrantes y refugiados

Publicado: 21/01/2019: 10292

Dentro del marco de la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos, que se celebra del 18 al 25 de enero, a las 19.30 horas del domingo 20 de enero, el atrio de la Catedral de Málaga acogió el encuentro de fieles y representantes de las diversas confesiones cristianas establecidas en la provincia de Málaga.

MANIFIESTO

ACTÚA SIEMPRE CON TODA JUSTICIA (DT 16, 18-20)

La emigración es un fenómeno que se ha producido a lo largo de la historia de la humanidad. El pueblo de Israel tuvo esta experiencia como recoge el libro del Éxodo: “porque extranjeros fuisteis vosotros en la tierra de Egipto” (Ex 22, 21) No es un fenómeno limitado a algunas zonas del planeta, sino que afecta a todos los continentes. Los emigrantes abandonan su tierra buscando una vida mejor para ellos y sus familias. Huyen de las guerras, de la pobreza extrema, de la persecución y de la desertización provocada por el cambio climático. La situación, a veces, es tan dramática que les lleva a afrontar los graves riesgos que implica el viaje. Un viaje en el que muchos pierden la vida (30.510 migrantes desaparecidos entre enero de 2014 y diciembre de 2018)

Los cristianos no podemos permanecer indiferentes y en silencio. Dios nos interpela a través del grito de los maltratados de nuestra sociedad: “si grita el pobre, Yahvé lo escucha” (Sal 34, 7) Dios escucha el grito de las víctimas de la injusticia y jamás abandona a los que son explotados y tratados injustamente. Si queremos ser fieles a Cristo debemos denunciar las injusticias y ponernos al servicio de nuestros hermanos migrantes: “fui forastero y me hospedasteis” (Mt 25, 35)

Promover la justicia requiere que exijamos a los gobiernos locales y a la comunidad internacional que afronten con radicalidad las causas que provocan las migraciones forzadas y fomenten las condiciones que posibiliten el desarrollo de estos países, pocas personas vendrían si tuviesen acceso a empleos, educación, atención médica y otros bienes y servicios fundamentales para su realización y bienestar que les permita vivir con dignidad y seguridad en su propio país.

Valoramos positivamente el Pacto Mundial por la Migración, aunque no sea jurídicamente vinculante y algunos países desarrollados se hayan negado a firmarlo. Propone un marco para aumentar la cooperación internacional y compartir responsabilidades a la hora de afrontar el problema migratorio en todas sus dimensiones. Ningún país de forma aislada puede dar respuesta al problema migratorio.

La situación actual requiere que la Unión Europea amplíe las posibilidades para que los emigrantes y refugiados puedan entrar de modo seguro y legal en los países de destino y promueva corredores humanitarios para los refugiados más vulnerables así se evitará el que se vean obligados a ponerse en manos de los traficantes de personas. Se requieren políticas generosas y responsables, inspiradas en la solidaridad y la corresponsabilidad que faciliten la acogida de estas personas. Otro gran reto a afrontar por parte de los gobiernos y de la sociedad civil es el proceso de integración, que no es igual al de asimilación. Es fundamental fomentar la cultura del encuentro en el seno de la sociedad europea porque está creciendo el racismo y la xenofobia.

Tomar conciencia de que formamos parte de una sola familia humana nos debe impulsar a reconocer la dignidad de la persona migrante y a promover sus derechos inalienables que ningún Estado puede conculcar.

Los cristianos de Málaga estamos experimentado que el campo de las migraciones es un ámbito de trabajo que nos posibilita crecer en comunión. Escuchar juntos el grito de los pobres y oprimidos nos hace sentirnos interpelados por Dios y tomar conciencia de que es mucho más lo que nos une que lo que nos separa. Jesucristo nos pide que seamos uno para que podamos dar testimonio de su gracia sanadora en este mundo quebrantado.

Diócesis Málaga

@DiocesisMalaga
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