JOSÉ LUIS PÉREZ/ MÁLAGA HOY. El organista titular de la Capilla Musical Pontificia Sixtina se presentó ante el numeroso público que abarrotó los bancos de la Catedral para escuchar un concierto que contó con uno de los mayores conocedores de música sacra que trabajan en la actualidad. Al filo del anochecer comenzó el concierto con sones que abarcaron piezas de los siglos XVI al XVIII.

Las notas del compositor Aguilera de Heredia fueron las que dieron comienzo al concierto en el interior de la Catedral. Su Obra de VIII en tono alto, realizada en el siglo XVI, aportaron un corte alegre y de inicio del cualquier ceremonial cristiano. La complejidad de las partituras se apreciaban en los toques de pedales y teclas con los que Paradell creaba la música.

A pie de templo, los oyentes supieron disponerse para escuchar los sones del órgano en diferentes actitudes. Unos miraban al presbiterio en la disposición tradicional de los bancos catedralicios. Era la virtud de oír sin ver al organista ni poder tener presente su figura. Otros optaron por girar las sillas en dirección al alto coro para imaginar las vibraciones del aire pasando por los tubos.

La amplia gama de registros que el órgano catedralicio tiene pasaron también por piezas de autores anónimos e italianos del siglo XVII. Algunas de ellas eran creadas para los oratorios privados de los nobles de la época, aportando la solemnidad que el rezo en la intimidad necesita.

En la capilla sacramental, tras el presbiterio del templo, hubo quienes decidieron seguir el concierto a través del rezo, buscando llegar a Cristo con el acompañamiento que la música otorga. A las piezas anónimas sucedieron otras composiciones de autores como Bruna, Tartini y Marcello.

Las obras interpretadas mostraron un programa ecléctico y variado nacido de las manos de uno de los músicos más escuchados de la actualidad. Su participación en las ceremonias del Papa en la iglesia de San Pedro del Vaticano se hacía presente en Málaga para las familias enteras que acudieron a escuchar su interpretación.

Tras las 8 piezas para un Flötenuhr de Haydn, el concierto se cerró con una ovación esperada para Joan Paradell y extendida por parte del respetable. El ciclo de conciertos continuará el 31 de mayo con la participación de órgano y capilla instrumental.