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Rafael Ruiz Liébana: «La persona enferma siempre se acuerda de Dios»

Ruiz Liébana (Izq) y el hermano mayor de la Hermandad de la Victoria sostienen la imagen de la patrona
Publicado: 20/06/2016: 17598

Rafael Ruiz Liébana nació en Almería después de que su madre, embarazada, tuviera que huir de la guerra. Pero es malagueño, bautizado en La Victoria y ha donado una imagen de la patrona para sustituir a la robada en la capilla del Hospital Clínico Nuestra Señora de la Victoria. Desde el pasado mes de mayo, el Hospital cuenta con la nueva imagen de la patrona.

Talla, policromía, dorado… ¿Cómo llegó a ser un artista tan completo?

Empecé a trabajar a los 15 años, como aprendiz, en el taller de Adrián Risueño. Mi maestro, Andrés Cabello, nos enseñaba que, en este oficio, había que abarcarlo todo para no depender de nadie, y nos inculcó que hiciéramos talla, policromía y dorado. Por eso he aprendido a hacer de todo y, aunque tengo ya 78 años, procuro seguir aprendiendo.

Ya desde niño sentía una irresistible inclinación al arte. ¿Por qué se decidió por el religioso?

Mi familia siempre ha sido muy creyente. Cuando era pequeño, vivíamos junto al convento de la Trinidad. De hecho, mi primer taller estuvo ubicado encima de la sacristía de la iglesia de la Trinidad. ¡Fíjate la vinculación que he tenido siempre con la Iglesia! Por lógica, tenía que dedicarme a lo religioso.

Son muchas las obras suyas en el devocionario malagueño…

Lo primero que hice para Málaga fue el trono del Cristo de la Sangre. Pero luego, me enorgullecen especialmente las obras que tengo en la Catedral de Málaga, como son el Via Crucis, un Cristo tallado que está en la capilla del Sagrado Corazón, pero que durante el Jubileo de la Misericordia se encuentra en la de San Francisco, así como otros elementos litúrgicos como la peana de carrete de la Virgen que hay en el altar mayor y un atril. También me hace muy feliz haber tallado el Cristo del altar mayor de la parroquia de Ntra. Sra. del Rosario, de La Cala del Moral, y retablos para las iglesias de Almáchar, Colmenar, Casarabonela...

Esta imagen mariana para el Clínico es distinta, ya que va a recibir muchas peticiones calladas en la capilla del hospital. Incluso tendrá que secar muchas lágrimas… ¿Qué pensaba mientras la terminaba?

Es algo muy grande. Para mí es una gran satisfacción que a una imagen que tú has hecho, la gente acuda a pedirle favores y le tenga devoción.

¿Es la presencia religiosa necesaria en el ámbito hospitalario?

¡Por supuesto! El que piense lo contrario está equivocado. Los humanos tenemos que tener una creencia, sino esto sería un desastre. La prueba está en que una persona, por muy atea que sea, cuando se pone mala, dice “¡Ay, Dios mío!” ¿Comprendes? Siempre se acuerda de Dios.

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Ana María Medina

Periodista de la diócesis de Málaga

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