NoticiaEconomía «Para llevar la alegría del Evangelio hacen falta medios» Guillermo Tejero, nuevo vicario para Asuntos Económicos · Autor: F. HERNÁNDEZ Publicado: 10/11/2014: 9965 El sacerdote Guillermo Tejero (Málaga, 1977) es el nuevo vicario para Asuntos Económicos de la Diócesis de Málaga. El Sr. Obispo le ha encomendado la coordinación de la economía de todas las parroquias y entidades diocesanas y la aplicación de los nuevos criterios económicos basados en tres valores fundamentales: la fraternidad, la austeridad y la transparencia. Guillermo Tejero, vicario para Asuntos Económicos, reflexiona sobre las cuentas de la Iglesia cuando se acerca el Día de la Iglesia Diocesana. «Estamos en una situación difícil –explica– pero ponemos nuestra confianza en el Señor y en la generosidad de todos los malagueños». Para el vicario, «la economía diocesana es una economía austera, una economía sencilla, una economía pobre. Cuando me dicen que la Iglesia tiene mucho dinero, yo respondo que lo que tenemos es muchos tejados que arreglar. Y es que es verdad. Uno ve el patrimonio de la Iglesia y es enorme, pero es patrimonio que tenemos que adecentar, tenemos que arreglar para que esté lo más digno posible. Es algo que hemos recibido y que tenemos la obligación de seguir manteniendo para los años venideros. Es fundamental que las parroquias estén dignas para poder celebrar y vivir la fe. Estamos en una situación difícil, pero ponemosnuestraconfianzaenel Señor y en la generosidad de todos los malagueños. Quiero dar las gracias a todos por la generosidad en el contribuir y colaborar en las parroquias». Hablar sobre los dineros de la Iglesia siempre es complicado, pero Tejero tiene las ideas muy claras: «La alegría del Evangelio necesita también unos medios para llevarse a cabo. Los bienes materiales hacen falta para poder llevar esa alegría a odos los que nos rodean y esa es una de las misiones también de la vicaría económica: ¿Cómo podemos ayudar a que llevemos mejor la alegría del Evangelio?». Nuevos Criterios La diócesis ha puesto en marcha recientemente unos nuevos criterios económicos. «Son nuevos criterios para los nuevos tiempos –recalca el vicario–. Lo que se ha hecho es una actualización de los mismos a la nueva realidad económica, basada en tres claves: la fraternidad, la austeridad y la transparencia. La fraternidad porque aquí somos todos una familia, todos remamos en la misma dirección, tenemos una misma meta y lo que tenemos que hacer es ayudarnos. Lo que vamos a hacer es compartir nuestro dinero, nuestros bienes, con aquellos que menos tienen. Luego está la sencillez. En medio de una sociedad en la que lo que prima es el progreso económico, el crecer o el aparentar, en la Iglesia tenemos que ser sobrios y sencillos. Eso significa descubrir lo que es verdaderamente importante. Y quitar lo superfluo. La gente es muy generosa y hay más generosidad cuando se ve más sencillez. Si nosotros nos ponemos a hacer gastos superfluos, los fieles van a decir, mira para esto no doy. Pero cuando ven que la parroquia es sencilla, que una parroquia es austera, que se esfuerza, que lleva la alegría del Evangelio, la gente contribuye. El tercer criterio –continúa el vicario– es el de la transparencia. Cuando salen tantos casos de corrupción, es necesario un ejercicio de honradez y de transparencia. Esto es lo que tengo y con esto tengo que funcionar. Que se publiquen las cuentas, que las parroquias informen a sus fieles de las necesidades que tienen, si pueden pagar la luz o no, cuánto destinan a cada cosa, etc. Y es muy importante que los seglares participen a través de los consejos de economía». La iglesia y los pobres Seguir anunciando el Evangelio implica seguir dando testimonio del Amor a través de la ayuda al necesitado. Guillermo destaca que «el esfuerzo que se está haciendo en este sentido es enorme. No debemos olvidar que en cada parroquia está Cáritas y cada Cáritas es una puerta abierta al necesitado. La Iglesia no hace una opción por los pobres. Eso es un error. La Iglesia es para servir a los pobres. No es que yo opte por ayudarlos. La parroquia es ese lugar en el que el necesitado va a llamar a la puerta y la va a encontrar siempre abierta. El papa Francisco nos lo ha dicho, los pobres no son una opción, sino una prioridad. Y yo creo que una Iglesia sin pobres no sería la Iglesia».