NoticiaJuventud

¿Quieres tener un noviazgo cristiano?

Publicado: 14/02/2014: 14931

Carta abierta de la responsable en Málaga del Programa de Educación afectivo sexual "Teen Star" y madre de familia numerosa, Rocío Fernández Nebreda, con motivo de san Valentín. El Pontificio Consejo para la Familia anunció que más de 17 mil novios recibirán la bendición del papa Francisco en la Plaza de San Pedro el próximo día 14 de febrero.

Esto no es una receta de cocina, pero sí son “pistas” que te pueden ayudar:

1. Escucha al “Jefe”: Dios es el que más sabe de Amor y el que más te quiere a ti y a tu novio o novia. Estate atento a su voluntad en vuestra relación, “invítale” a estar presente... y “hazle caso”. Sabrás que es voluntad de Dios porque tendréis alegría y paz interior.

2. Te has enamorado de otra persona. La emoción y los sentimientos que te provoca son estupendos... pero no son suficientes para una relación sólida que dure para siempre. Necesitas conocer a la otra persona.

3. Empieza por tener una verdadera amistad con tu novio o novia: Busca conocerle, -¡no imaginártelo!-, conocer sus aficiones, sus problemas, sus creencias, sus expectativas...su familia, sus amigos... Y todo esto con paciencia... Requiere tiempo.

4. Descubre a la otra persona y admírala. No te dejes llevar por la atracción física que te produce. Una relación basada en el cuerpo corre el riesgo de ver al otro como un objeto de placer, os reduce como personas y os dejará vacíos.

5. Busca cada día el bien de tu novio o novia (¡que no siempre coincide con lo que le apetece!). Supone un “entrenamiento” para ser menos egoísta, para darte: para amar.

6. El noviazgo no es un pasatiempo. Es un “medio” para el conocimiento mutuo y para evitar equivocarse en la meta final: el matrimonio. Si hay que “romper” un noviazgo no es un drama; el drama es que se rompa un matrimonio!

7. Rodéate de otras parejas y otras personas que tengan valores y creencias similares. La ayuda mutua os ayudará a tener un noviazgo constructivo y bello.
Un noviazgo cristiano es una base sólida para casarse y ser feliz. Dios también lo quiere. ¡Pero la decisión es tuya! Ánimo. ¡Merece la pena!

Autor: Rocío Fernández Nebreda, programa

Más noticias de: Juventud