¿Toda una sorpresa, Adela?

Totalmente una sorpresa. Entonces era nuestro párroco aún D. Manuel Jesús Robles y yo no sabía nada de nada. Cuando comenzó a hablar de mí, me quedé “plantada”, no sabía ni qué contestar. El domingo anterior dijo que no nos perdiéramos la Misa del domingo siguiente porque iba a leer una carta que el Sr. Obispo había enviado y yo me lo creí totalmente. Esperando estaba a ver qué nos decía D. Jesús. ¡Y mira lo que era!

¿De La Viñuela de toda la vida?

Así es. Mi madre me enviaba a la iglesia, cuando era pequeña, para que ayudara a limpiar las cosas de cobre, que daban mucha lata, y a fregar el suelo, que era más complicado que ahora. También me iba al campo a buscar flores para adornar la iglesia, me encantaba. Y después pues ya comencé a lavar los manteles, corporales, purificadores… y a todo lo que hace falta para que cuando llegue el párroco podamos celebrar la Eucaristía. Llevamos un tiempo en el que han pasado muchos párrocos nuevos y no conocen las cosas de aquí, así que hay que estar para ayudar, ¿verdad? Yo vivo muy cerquita de la iglesia, así que voy todos los días y lo hago con mucho gusto. Hay cosas que me cuesta hacer porque cuando tenía 25 años me amputaron una mano, por una enfermedad, pero me he adaptado muy bien y he seguido adelante. 

¿Cuál es su acción de gracias a Dios?

Le doy las gracias por todo, hasta por lo que se podría pensar que no ha sido bueno. Siempre se puede sacar bueno de lo malo. Le doy gracias por mi familia. Tengo 74 años y una hermana mayor, con 90, y una sobrina que se cayó y se partió la rodilla, de las que estoy pendiente. 

A su parroquia, aunque sea pequeñita, veo que le tiene mucho cariño.

Es la más bonita. Yo voy a visitar otras iglesias y todas son grandes y tienen muchas cosas que mirar pero… como mi iglesia ninguna. Es muy agradecida. La limpiamos, le ponemos sus manteles limpios y sus flores y es preciosa. Y lo más bonito que tiene es al Señor dentro, y una imagen de Cristo preciosa y nuestra Virgen de los Dolores, que es muy bonita. Y esa es mi iglesia, no le hace falta más. 

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