NoticiaMigraciones La Iglesia se vuelca con los menores migrantes Publicado: 14/01/2017: 10357 El domingo 15 de enero, la Iglesia Universal celebró la Jornada Mundial del Emigrante y del Refugiado, cuyo lema ha sido «Menores migrantes, vulnerables y sin voz. Reto y esperanza». Con ella, se ha invitado a todos los ciudadanos a poner, con urgencia y responsabilidad comprometida, la mirada y la mayor atención sobre la realidad de los emigrantes menores de edad, especialmente los que están solos e indefensos. De enero a julio, 106.000 niños solicitaron asilo en Europa El sábado, 14 de enero, víspera de la Jornada Mundial de las Migraciones, la Delegación Diocesana de Migraciones organizó una vigilia de oración con carácter ecuménico en la parroquia de San Juan Bautista, y con ella se abrió la puerta de la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos, que tiene lugar del 18 al 25 de enero. Tras concluir el Jubileo de la Misericordia, el papa Francisco nos vuelve a recordar, en esta Jornada, la actitud evangélica de la acogida: «El que acoge a un niño como este en mi nombre, me acoge a mí; y el que me acogge a mí, no me acoge a mí, sino al que me ha enviado». Según los datos de la Comisión de Migraciones de la Conferencia Episcopal Española, el número de niños buscando asilo en Europa ha aumentado un 74%. De enero a julio, 106.000 niños solicitaron asilo en Europa. Y esta cifra no deja de aumentar. «Más de 50.000 menores no acompañados procedentes de México y Centroamérica han llegado a Estados Unidos en los últimos ocho meses. Muchos son devueltos, pero otros muchos están en un limbo migratorio, con amenaza de deportación», afirma la Conferencia Episcopal. «Era difícil encontrar a Dios en Moria, pero allí está, en la gente» Ignacio Loring Cafarena es un abogado malagueño, voluntario en la Delegación de Migraciones de la Diócesis de Málaga y en Málaga Acoge, que forma parte del equipo jurídico del Colegio de Abogados en temas de extranjería. Lleva más de 15 años dedicándose a esta labor y el pasado mes de noviembre tuvo la oportunidad de colaborar con el Consejo Europeo de la Abogacía, en el proyecto European Lawyer in Lesbos (abogados europeos en Lesbos). Durante un mes, se ha unido a un equipo de abogados de países como Alemania, Francia, Italia y España, para dar asesoramiento jurídico en el campamento de refugiados de Moria (Grecia), visitado en febrero por el papa Francisco. «Moria es un campamento que acoge a más de 4.000 personas de unos 40 países diferentes. Las necesidades son muy diversas. Nuestro servicio jurídico consiste en asesorar a los solicitantes de asilo político sobre el procedimiento que tienen que seguir y prepararlos para la entrevista que tienen que superar en el servicio europeo del refugiado. En esa entrevista, nos explican su historia y los motivos por los que huyeron de su país. El proceso es complejo porque tienen que cumplir todos los requisitos para que su solicitud sea aceptada. Por otro lado, también son muchos los que solicitan la reunificación familiar con otros familiares que ya están en Europa, a los que les ayudamos a preparar el expediente y la documentación necesarios», explica Loring. «Las condiciones en las que se vive allí son horribles», afirma con rotundidad este abogado voluntario, «hay unos barracones para mujeres y familias con niños y el resto del campamento son tiendas de campaña en muy malas condiciones, en las que pasan mucho frío, sin un colchón donde dormir ni una silla donde sentarse. Tienen que comer en el suelo, en unas condiciones lamentables. Tengo que decir que son muchas las ONGs que colaboran con la asistencia sanitaria y psicológica del campamento. Son muchas las personas que presentan problemas de ansiedad y estrés, dada la frustración en la que viven. En realidad, viven en una isla que realmente es una prisión, de la que no pueden salir. En el tiempo que he vivido allí, he presenciado un incendio provocado por una bombona de gas en el que murieron una señora y dos niños, y una revuelta en la que los refugiados pedían un trato humano. Es una situación bastante triste, teniendo en cuenta que hay familias con niños y menores no acompañados que viven en una situación de mucha tensión». Quizás nos hemos acostumbrado a ver noticias sobre la situación de los refugiados, pero Ignacio afirma que «cuando conoces directamente su historia personal, su recorrido y los ves cara a cara, con nombre y apellidos, te llegan al corazón y te mueven». Aún así, en medio de tanta tristeza, Ignacio afirma haber encontrado esperanza: «he visto gente muy buena y solidaria dentro del campamento, pero también se ven situaciones tormentosas. Desde mi fe, no pierdo la esperanza en que es posible una solución y creo que hay que estar al lado de ellos, con ellos, aunque no haya voluntad política para facilitar la acogida de estas personas. En algunos momentos, sinceramente, allí es difícil encontrar a Dios y uno se pregunta ¿dónde está Dios en estos momentos? Pero después encuentras la respuesta: lo ves en la gente». En su mensaje con motivo de esta Jornada, el papa Francisco expresa: «Deseo dirigiros una palabra a vosotros, que camináis al lado de los niños y jóvenes por los caminos de la emigración: ellos necesitan vuestra valiosa ayuda, y la Iglesia también os necesita y os apoya en el servicio generoso que prestáis. No os canséis de dar con audacia un buen testimonio del Evangelio, que os llama a reconocer y a acoger al Señor Jesús, presente en los más pequeños y vulnerables».