NoticiaNotas y comunicados Sobre las declaraciones en torno a la propiedad de la Abadía del Císter Publicado: 12/04/2016: 17590 Ante las declaraciones de D. Antonio Campos Garín sobre la Abadía del Císter, de las que se hacen eco algunos medios de comunicación, el Obispado de Málaga ha hecho público el siguiente comunicado COMUNICADO DEL OBISPADO DE MÁLAGA SOBRE EL CONVENTO DEL CÍSTER (12 de abril de 2016) En 1878, D. Antonio Campos Garín, primer Marqués de Iznate, dona al Obispo de Málaga los terrenos donde se asienta el convento del Císter para construir en ellos un templo y monasterio para uso y habitación de la comunidad de religiosas del Císter. En los documentos de cesión, se recoge que en caso de cierre de la comunidad, queda en manos del Obispo de la Diócesis darle a estos terrenos y lo que en ellos se construya el destino piadoso que tenga por bien designar. En el año 2009, la falta de vocaciones obligó a las religiosas a abandonar el convento. En observancia de los deseos del donante, en la actualidad el templo se encuentra abierto al culto, regentado por la Cofradía del Santo Sepulcro, y el resto del convento es utilizado para actividades diocesanas, estando en proceso de elaboración un proyecto para su completa utilización, que será puesto en marcha el próximo mes de septiembre. D. Antonio Campos Osorio, anterior Marqués de Iznate, lleva varias décadas acogido en una vivienda propiedad de la Diócesis, sin pagar por ello renta alguna, debido a su insostenible situación. Hace unos meses, el Ayuntamiento de Iznate advirtió al Obispado de Málaga de la necesidad de restauración de este edificio, muy deteriorado, siendo preciso el desalojo de la vivienda mientras se procedía a su rehabilitación. En tanto se rehabilitaba, D. Antonio Campos Osorio trasladó su residencia a otro lugar que, en la actualidad, al parecer, ha tenido que abandonar por motivos que se desconocen. El Obispado de Málaga asegura que nunca ha puesto en venta el convento ni tiene intención de hacerlo, y que siempre ha velado por cumplir el deseo que fundamentó la donación. Sensible al drama que la falta de una vivienda digna significa para cualquier persona, el Obispado ha puesto a su disposición los recursos de que dispone, y con los que a diario trata de ayudar a los que lo necesitan.