NoticiaPapa Francisco El Papa visita Turquía en su sexto viaje apostólico Publicado: 28/11/2014: 13290 El papa Francisco ha finalizado este domingo su viaje a Turquía. Un viaje marcado por las relaciones ecuménicas e interreligiosas. El Papa comenzó la jornada de este domingo recibiendo en la sede de la Representación Pontificia de Estambul al Gran Rabino de Turquía, Isak Haleva, con quien mantuvo durante un cuarto de hora un afectuoso diálogo en español, idioma que los antepasados sefardíes del rabino han transmitido a cada nueva generación durante medio milenio. A continuación, el Papa se trasladó a la iglesia patriarcal para asistir a la divina liturgia de la fiesta de San Andrés, celebrada por Bartolomé I, quien le calificó de «hermano predilecto». El Patriarca ortodoxo reiteró el reconocimiento del «primado de amor, de honor y de servicio» de la iglesia de Roma «en el cuadro de la sinodalidad», un terreno en el que Francisco está avanzando con gran rapidez. El Papa, a su vez, afirmó en su discurso que «el restablecimiento de la plena comunión no significa sumisión de uno a otro ni absorción, sino acogida de todos los dones que Dios ha dado a cada uno». Entre los dones de las Iglesias Ortodoxas, que suman unos 300 millones de fieles en todo el mundo, mencionó el riquísimo patrimonio litúrgico y espiritual, «así como la disciplina canónica» de las Iglesias Orientales. El Papa invitó a escuchar tres gritos, comenzando por el de los pobres, que exige «luchar, a la luz del Evangelio, contra las causas estructurales de la pobreza». En segundo lugar, el grito de las víctimas de los conflictos, incluidas las «guerras atroces e inhumanas» en Irak y Siria, sabiendo que «cometer o consentir todo tipo de violencia, especialmente contra personas débiles o indefensas es un pecado gravísimo contra Dios, porque significa no respetar la imagen de Dios en cada persona». Y, finalmente, el grito de los jóvenes que, en los grandes encuentros ecuménicos como los de la comunidad de Taizé «nos piden dar pasos hacia la plena comunión, no porque ignoren las diferencias sino porque saber ver más allá: son capaces de entender lo esencial de lo que ya nos une». DECLARACIÓN CONJUNTA Después de celebrar juntos la fiesta de San Andrés, patrono de la Iglesia Ortodoxa, el Papa Francisco y el Patriarca Ecuménico Bartolomé I firmaron una declaración conjunta que establece un nuevo tono en las relaciones de los cristianos con el Islam. Acto seguido, salieron al balcón de la sede patriarcal para impartir la bendición sucesivamente en latín y en griego. La novedad de la declaración conjunta es que no sólo reconoce «la importancia del diálogo constructivo con el Islam, basado en el mutuo respeto y la amistad», sino que va más allá, en la línea de considerar hermanos a los musulmanes. En la declarción se afirma que «inspirados por valores comunes y reforzados por un genuino sentimiento fraterno, musulmanes y cristianos están llamados a trabajar juntos por amor a la justicia a la paz y al respeto de la dignidad y los derechos de cada persona». Al mismo tiempo, el Papa y el Patriarca invitan a los líderes de todas las religiones a dialogar entre ellos, formando una red para el bien que, al mismo tiempo, desautorice a quienes utilizan las diferencias religiosas para fomentar la violencia o justificar atrocidades. Francisco y Bartolomé I declaran que «como líderes cristianos, exhortamos a todos los líderes religiosos a continuar y reforzar el diálogo interreligioso y a llevar a cabo todos los esfuerzos para construir una cultura de paz y de solidaridad entre las personas y entre los pueblos». La declaración de «un genuino sentimiento fraterno» con los musulmanes se produjo al día siguiente de la oración conjunta del Papa y el muftí de Estambul en la Mezquita Azul, repitiendo el gesto inesperado y revolucionario de Benedicto XVI durante su visita del 2006, pocos meses después de su polémico discurso en Regensburg. El último acto del programa del Papa en Turquía ha sido un encuentro con jóvenes refugiados procedentes de Siria, Irak, algunas zonas de Turquía e incluso algunos países de África, que participan en actividades de acogida organizadas por los salesianos. UN SOLO ESPÍRITU En una Misa celebrada en nueve idiomas, del arameo al español, el Papa Francisco afirmó en Estambul que “la Iglesia es fiel al Espíritu Santo cuando deja de lado la tentación de mirarse a sí misma”. Sus palabras tenían una fuerte significación no sólo ante el problema de “tribalismo” de los múltiples ritos de Oriente Medio sino también como un mensaje de apertura a la Iglesia universal. La catedral católica de Estambul está dedicada al Espíritu Santo, y el Papa señaló en su homilía que “sólo el Espíritu Santo puede suscitar la variedad y, al mismo tiempo, mantener la unidad”, mientras que los hombres tendemos a los extremos, la división por un lado y la uniformidad por otro. Francisco previno contra “la tentación de ofrecer resistencia al Espíritu Santo porque desconcierta, empuja y obliga a la Iglesia a avanzar”. Es necesario “abandonar el estilo defensivo y dejarse guiar por el Espíritu, que es frescura, fantasía y novedad”. En tono serio, advirtió que “nuestras defensas pueden manifestarse en un enrocamiento excesivo en nuestras ideas, en nuestras fuerzas. Y así caemos en el pelagianismo”. Al final de la ceremonia, el Papa y el Patriarca Ecuménico de Constantinopla, Bartolomé I, que había asistido a la Eucaristía, dieron juntos la bendición y se despidieron con un abrazo entre los aplausos del público. Poco después, el Papa Francisco acudía a la iglesia del Patriarca Ecuménico para una plegaria ecuménica conjunta. ESTAMBUL El Papa Francisco ha visitado en la mañana del sábado la Mezquita Azul de Estambul, adonde llegó directamente desde el aeropuerto de la ciudad, procedente de Ankara en su segundo día de viaje oficial. Fue recibido por el Gran Mufti y un imán en la mezquita. Posteriormente el Papa argentino se trasladó en automóvil a la vecina Santa Sofía, hoy un museo, en la que le recibió su director por la Puerta del Emperador. Posteriormente fue guiado por el interior del edificio. Durante la visita, que coincidió con las 12,00 horas locales (10,00 GMT) se podían escuchar los cantos de los almuédanos que llamaban a la oración desde las mezquitas próximas. DISCURSO EN ANKARA En su primer discurso en Ankara, pronunciado ante el presidente y las autoridades del país, el Papa Francisco ha subrayado la necesidad de eliminar «toda forma de fundamentalismo y terrorismo», denunciando vigorosamente «las violaciones de las más elementales leyes humanitarias respecto a prisioneros y grupos étnicos» en Siria e Irak. Después de la visita al mausoleo de Ataturk, el Papa se ha dirigido al nuevo palacio presidencial, donde fue recibido por Recep Tayyip Erdogan, pasó revista a las tropas pronunciando en turco ante el piquete de honor el tradicional «¡Saludos, soldados!», y mantuvo un largo encuentro en privado con el presidente. En el encuentro con las autoridades, Erdogan dio la bienvenida al Papa y se centró en su discurso habitual: lamentar la «islamofobia», así como el hecho de que mucha gente asocie terrorismo e Islam. Tras condenar el terrorismo curdo, volvió a extenderse largamente en la condena de la «islamofobia» sin apenas entrar en el motivo que multiplica los recelos del mundo entero: el hecho de que el Estado Islámico lo utilice como bandera al tiempo que muestra en videos su violencia desmedida. Cuando por fin pudo tomar la palabra, el Papa subrayó la necesidad de hacer frente «al fanatismo, el fundamentalismo y las fobias irracionales» mediante un refuerzo de “«la solidaridad de todos los creyentes» basada en tres puntos: el respeto de la vida humana, de la libertad religiosa y del medio ambiente. Sin nombrar directamente -como es habitual en los discursos papales- al Estado Islámico, el Santo Padre se refirió a sus actividades en Siria e Irak como «violencia terrorista» con crímenes gravísimos como la persecución minorías como los cristianos, y los yasidíes «con centenares de millares de personas forzadas a abandonar sus casas y su patria para salvar la propia vida y permanecer fieles al propio credo». EL VUELO DE VIAJE A TURQUÍA Durante el vuelo hacia Ankara, el Papa elogió ante los periodistas el esfuerzo de Turquía para acoger a los refugiados, que superan ampliamente el millón y medio. Lo repitió de nuevo en público en el palacio presidencial, añadiendo que la Comunidad Internacional tiene la «obligación moral de ayudar a prestar ayuda a los refugiados». Pero, al mismo tiempo, subrayó que la Comunidad Internacional no puede «quedarse indiferente ante lo que ha provocado esta tragedia», es decir, la ofensiva de grupos yihadistas en Siria e Irak, a los que es necesario plantar cara. El Papa repitió que «es licito frenar al agresor injusto, siempre dentro del respeto al derecho internacional», pero teniendo a la vez en cuenta que «no podemos confiar toda la solución del problema exclusivamente a la respuesta militar». El Santo Padre denunció que «el Medio Oriente es desde hace demasiados años escenario de guerras fratricidas que parecen sucederse una a otra como si la única respuesta posible a la guerra y la violencia deba ser siempre una nueva guerra y más violencia». Frente a esa triste cadena, Francisco propuso «el coraje de la paz», de modo que los recursos que consumen los armamentos puedan dedicarse «a las verdaderas luchas dignas del ser humano: la lucha contra el hambre y la enfermedad, el desarrollo sostenible y la custodia del medio ambiente». De modo discreto, el Papa mencionó también la necesidad de poner fin a una situación anómala en Turquía, donde se discrimina a las religiones no musulmanas. La peor tratada es la católica que, a diferencia de la ortodoxa o el judaísmo, no tiene personalidad jurídica y, por lo tanto, no puede tener propiedades ni cuentas bancarias. El Papa afirmó que para superar prejuicios y asegurar la paz «es fundamental que los ciudadanos musulmanes, judíos y cristianos disfruten–tanto en las leyes como en su aplicación efectiva- de los mismos derechos, y respeten los mismos deberes». Al término de su encuentro con las autoridades, el Papa se dirigió a la sede del Departamento de Asuntos Religiosos, donde tenía previsto invitar a todas las religiones a un esfuerzo común para erradicar el extremismo y el fundamentalismo, cada una en sus propias filas. SEXTO VIAJE Este será el sexto viaje apostólico del Pontífice, después del de Brasil, Tierra Santa, Corea, Albania. Este martes, el Papa viajó a Estrasburgo para dirigir un discurso al pleno del Parlamento Europeo en sesión solemne. El papa Francisco será el cuarto pontífice que realiza una visita oficial a Turquía, después de Pablo VI, Juan Pablo II y Benedicto XVI. Durante su viaje, Juan Pablo II abogó por una adecuada separación entre la Iglesia y el Estado para que los ciudadanos, independientemente de su religión, puedan ofrecer su contribución a la sociedad al recibir en el 2004 a Osman Durak, como embajador de Turquía ante la Santa Sede. Por su parte, Benedicto XVI visitó la Mezquita Azul de Estambul en 2006. Fue poco después de su lección en la Universidad de Ratisbona, en un discurso polémico al abordar la violencia y el Islam. GESTO DE BUENA VOLUNTAD El Vicariato apostólico de la Iglesia católica latina de Estambul (Turquía), ha agradecido la visita del Papa que se realiza con ocasión de la fiesta de San Andrés, patrono de la Iglesia Ortodoxa, el 30 de noviembre. Asimismo, ha recordado que, además de los discursos protocolarios, el Santo Padre realiza el "gesto de buena voluntad" de visitar "al presidente de Asuntos Religiosos que pone en evidencia la presencia de la Iglesia católica en la sociedad de este país y la apertura a la convivencia pacífica de las religiones en la promoción del diálogo Islam y con el Cristianismo". El Papa Francisco tiene previsto celebrar en abril de 2015 una misa por el centenario del genocidio armenio en la Basílica de San Pedro, según anunció el arzobispo de Buenos Aires, cardenal Mario Poli. La Iglesia turca quiere canonizar a varias víctimas del exterminio en el 2015, año del centenario del genocidio.