NoticiaEntrevistas Alberto Cascón: «Como vidriero me siento partícipe de la obra de Dios» Publicado: 08/06/2020: 32197 Alberto Cascón Martín (Málaga, 1965) trabajó como Maestro Vidriero de la S.I. Catedral de Málaga mientras funcionó la escuela taller Molina Lario y ha sido reconocido como Maestro Artesano por la Junta de Andalucía, el Maestro Artesano en activo de Andalucía con mayor cantidad de obras dedicadas a las vidrieras religiosas. «Al descomponer la luz al paso de mis vidrieras es muy importante dotar esa luz de un significado, colaborando de esta manera en la evangelización de las personas a través de la belleza de la palabra de Dios» –Cuando trabaja en una vidriera con una imagen religiosa, supongo que meditará sobre ella, muchas horas ante ese misterio… ¿Cómo le ayuda su trabajo para sostener su fe? –Nosotros nos sentimos participes de la obra de Dios cuando trabajamos, es por eso que en el taller hay tiempo también para rezar; por ejemplo a la hora del Ángelus, se deja todo y, atendemos a la oración. Al recibir un encargo religioso, buscamos información que nos sirva para ampliar nuestros conocimientos o descubrirlos y esto fortalece nuestra fe. Son tantos los ejemplos que podría poner… Hubo una vidriera muy especial para nosotros: “La Jerusalén celeste”, en San Isidro Labrador, en Cártama Estación. Fue una adaptación para una vidriera de grandes dimensiones de una obra preciosa ya creada. Fue realmente alucinante, un reto, ya que nuestra máxima es la frase de la obra ‘El idiota’, de Dostoyevski: “La belleza salvará al mundo”. ¿Qué belleza? La belleza del Amor de Jesucristo. Pues esa ha sido siempre mi máxima aspiración, hacer que a través de una obra bella, la gente se pueda encontrar con el amor de Cristo. Esto conlleva muchas cosas, entre ellas, la calidad en los procesos. Por eso siempre he querido ser muy pulcro y respetuoso con cada una de las obras que hemos dejado en los templos, para mí es una responsabilidad muy grande. –¿La obra de la que se siente más orgulloso? ¿Por qué? –Sin duda, trabajar en la S.I. Catedral ha sido para mí un orgullo y un honor. No solo por ser la Catedral de mi ciudad, sino por ser el templo visible de mí fe. No hay piezas que haya tratado yo con más cariño que esas. Hay que tomar conciencia del tesoro que tenemos. Las vidrieras de la Catedral, son de las piezas más importantes en vidrio que se encuentran en la provincia y hay muchas en un estado francamente preocupante. Y también tengo el honor de ser amigo y colaborador de D. Gonzalo Fernández-Prieto, propietario del Museo del Vidrio de Málaga, el cual alberga una colección de más de 3000 piezas de cristal de máxima importancia histórica y artística a nivel mundial. Junto a él, llevo muchos años, restaurando y conservando numerosas vidrieras del Museo, de lo que me siento muy orgulloso. –¿Y a cuál le guarda más cariño? ¿Por qué? –Las que realizamos para la cofradía de la Piedad, porque creo que es una de las obras más bellas que hemos realizado, y porque me recuerda la entrega de Cristo en brazos de su madre al verla a diario al salir de mi casa. –En el relato de la creación, la luz se creó en el primer día. Su trabajo consiste en descomponerla en colores ¿Por qué cree que es tan importante la luz, el color…? –Cristo es la Luz y tanto en mi vida como en mi trabajo es imprescindible. Al descomponer la luz al paso de mis vidrieras es muy importante dotar esa luz de un significado, colaborando de esta manera en la evangelización de las personas a través de la belleza de la palabra de Dios. –“Y es que, en el mundo traidor, nada es verdad ni mentira, todo es según el color del cristal con que se mira", decía Campoamor. ¿De qué color ve usted la vida? –Color esperanza (como la canción), y mi esperanza, y la de mi familia es Cristo. Ciertamente, en este mundo inestable donde todo falla, el único apoyo fiable es Cristo. ¡Tanta gente hoy pasándolo realmente mal porque no sabe dónde se encuentra la esperanza!. Nos sentimos unos privilegiados de conocer a Dios y formar parte de su Iglesia. –¿Qué aporta una vidriera a un templo? –En el principio, cuando se empezaron a pintar las vidrieras en los templos, su función era didáctica, la gente no sabía leer. El arte religioso, para mí, sigue teniendo esa función didáctica, una imagen expresa más que mil palabras y en el caso de las vidrieras invade el ambiente de tal modo que afecta profundamente al sentir del espectador inundándolo de una sensación espiritual, ayudando a la oración y contemplación… Una comunicación mucho más profunda. –¿En qué estáis trabajando ahora? –Ahora para Málaga en la iglesia de San Juan Bautista en Coín, un proyecto realmente precioso, pero sólo puedo decir que quien quiera saber más tendrá que ir a verla en verano. También la parroquia de La Encarnación en Vélez Rubio (Almería) y San Bartolomé en Villarrodrigo (Jaén) y algunos trabajos civiles más. –En tu taller trabajan tus hijos, ¿está garantizado el oficio de vidriero? –Sí, mi hijo Ignacio se fue a estudiar a la Real Fábrica de Cristales de San Ildefonso y pudo hacer prácticas del Erasmus, en talleres de República Checa y Estonia, por lo que trajo un nivel de calidad al más alto nivel europeo en cuanto a restauraciones históricas. David, mi hijo mayor, estudió temas de telecomunicaciones y se encarga de la parte más tecnológica y de comunicación, que es una gran ayuda al trabajo artesanal. Por lo que el relevo está asegurado siempre que haya trabajo. La situación actual es bastante mejorable, nosotros hemos llegado a ser 14 personas trabajando y ahora somos exclusivamente la familia y un trabajador eventual. – – – – – – – Algunos de los Trabajos religiosos más significativos de Alberto Cascón en Málaga son las parroquias de San Isidro Labrador (Cártama), Santa Ana (Archidona), San Dámaso (Málaga), Inmaculada Concepción (Alameda), las vidrieras de nueva creación de la Catedral, el Carmen (Estepona) y las casa-hermandad de las cofradías de la Misericordia y de la Piedad. Restauraciones en la capilla de colegio San Manuel, San Gabriel, San Patricio, Sta Cruz Real (Teba), entre otras. Más información en viarca.com