NoticiaHistoria de la Iglesia Iglesia y liberalismo (II) Historia de la Iglesia Publicado: 13/12/2017: 3092 La conducta de los Estados respecto a la Religión y a la Iglesia no siempre fue igual. Tal actitud dependió, bien del pasado cultural de los pueblos, bien de su evolución histórica, bien del modo de ser de los ciudadanos. Existen, al menos, tres tipos de comportamientos en las relaciones Iglesia-Estado. En los países anglosajones se dio una separación total entre la Iglesia y el Estado. Tal separación consistió en una mutua independencia entre ambos poderes. En la práctica hubo una cierta cooperación y colaboración. El anticlericalismo es extraño en estos países. El Estado concede plena libertad religiosa a sus ciudadanos. La Iglesia no recibe ayuda económica del Estado, ni siquiera para las escuelas. Esta forma de separación se dio especialmente en los Estados Unidos de América. Otra forma de separación es la ocurrida en Bélgica. Más que separación total, fue parcial. El Estado considera a la Iglesia como una persona moral que colabora al bien común. Los ministros sagrados son ayudados económicamente por el Estado en compensación a las confiscaciones de la revolución. En los países latinos Francia, Italia, Portugal y España, la separación Iglesia-Estado no fue pacífica sino hostil, debido al fuerte anticlericalismo. Una de las medidas adoptadas por estas naciones fue la confiscación de los bienes de la Iglesia. Pero medidas más graves fueron la supresión de las órdenes religiosas y la expulsión de sus miembros, como ocurrió con los jesuitas; la laicización de la enseñanza, eliminando las clases de Religión y suprimiendo los colegios de la Iglesia; la introducción del matrimonio civil con la aprobación del divorcio y la eliminación de los concordatos. En España, a fines del siglo, al anticlericalismo intelectual manifestado en la “Institución Libre de Enseñanza”, se unió el anticlericalismo obrero, impulsado por los socialistas y los anarquistas. Ambas tendencias se unirán en la explosión anticlerical de la Segunda República, que causó tantos estragos a la Religión y a la Iglesia.