Al trabajo de cada día se suman las misas y cultos extraordinarios que se suceden en ambos pueblos, y que multiplican los trayectos. Esta dificultad es compartida por muchos curas en la diócesis, especialmente en la Serranía de Ronda y en la Axarquía, donde los sacerdotes atienden a tres o cuatro parroquias distantes entre sí. 

Rafael comenta que a la singularidad de estas carreteras, que suelen ser estrechas y con puntos más conflictivos, se suma en verano la mayor afluencia de turistas y ciclistas, debido a que están cerca de la capital. «Ha habido ocasiones en que me he encontrado en situaciones de auténtico peligro, y sería bueno que quienes transitamos estas vías tengamos especial cuidado». 

Conocer la carretera es, para este cura, algo fundamental. «Yo mismo me siento más seguro ahora que cuando hice este recorrido por primera vez. Es importante que si vamos a visitar zonas rurales en verano, hagamos el esfuerzo de conocer previamente la ruta, si es posible, efectuando un viaje de ensayo previo, y si no, recabando toda la información que pueda afectar a nuestra conducción, para evitar imprevistos».