De aquí que hablemos hoy del sesenta aniversario de una obra centenaria.No cabe duda que la Historia se construye a partir de las historias particulares de las instituciones y de las personas. Por lo que, de vez cuando, no viene mal hacer memoria de ellas, como público reconocimiento a sus iniciativas, máxime cuando, de su simiente, disfrutamos hoy de obras consolidadas, florecientes y con proyección, merced a la visión de futuro de sus autores, verdaderos emprendedores en el sentido más actual del término.

            Aquel 17 de mayo se reunieron en el Palacio Episcopal, bajo la presidencia del Obispo Herrera Oria, el Vicario General, Sebastián Carrasco; el Inspector Jefe, José Luis Rubio Alarcón; Arquitecto escolar, Juan Jáuregui; José Gálvez Ginachero; Enrique Van-Dulken y el Rvdo. José Ávila Barbo, para crear el Patronato Diocesano de Educación Primaria de Málaga, que, juntamente con sus estatutos, fueron aprobados por OM de 9 de julio de 1951 (BOE del 20 de julio). Se oficializaba, consolidaba y ampliaba considerablemente en toda la Diócesis, no sólo en la capital, una obra educativa que, a modo de escuelas parroquiales, había comenzado su andadura cuarenta años antes.

            El éxito que sin duda alguna tuvo esta iniciativa, cuyos datos estadísticos evidencian el notable descenso que se produjo en el índice de analfabetismo de la provincia de Málaga, animó al Obispo Herrera Oria la creación del Patronato Mixto de Educación Primaria, constituido por Ley de 16 de diciembre de 1954 (BOE del 19 de diciembre), más conocido como Patronato de las “Escuelas Rurales”. Casi trescientas Escuelas-Capilla se repartieron por todos los rincones de la provincia, llevando la educación hasta los lugares más inaccesibles y, en todo caso, a donde no llegaba el Estado con sus propios colegios.

            Al final de su pontificado, el ya Cardenal Herrera Oria, erigió el Patronato del Colegio “Santa Rosa de Lima”, en 1965, como sendas Secciones Filiales de los Institutos Nuestra Señora de la Victoria (masculino) y Vicente Espinel (femenino),con objeto de aproximar las enseñanzas medias y el bachillerato a las clases más populares de Málaga.

            Con la entrada en vigor de la Ley del Derecho a la Educación (LODE), de 1985, se hizo necesario reordenar esta obra educativa, haciéndola compatible con las exigencias del orden constitucional y con los derechos de la Iglesia en materia de enseñanza, con objeto de ofrecer a los padres unos centros en los que poder educar a sus hijos conforme a sus propias convicciones y creencias. Y, aunque los primeros pasos se dieron durante el pontificado de Mons. Ramón Buxarráis Ventura, fue Mons. Fernando Sebastián Aguilar quien, con fecha 1 de noviembre de 1992, erigió la Fundación Diocesana de Enseñanza “Santa María de la Victoria”, como una institución sin ánimo de lucro, aglutinadora y continuadora de tan floreciente obra educativa.

            El Patronato de la Fundación que estatutariamente preside del Obispo de Málaga acordó que el “día de la Fundación” fuese el 17 de mayo. Hoy, sesenta años después de esta obra centenaria, que cuenta en su haber con las Medallas de la Ciudad y de la Provincia de Málaga, como reconocimiento innegable a su ingente labor educativa, dispone de veintisiete centros escolares, en los que se educan más de seis mil alumnos, doscientos setenta y cinco de ellos con necesidades educativas especiales, y todos atendidos por algo más de quinientos profesores.

            En la actualidad, la Fundación promueve la construcción de nuevos centros en Estepona, Marbella y Nerja, además de estar empeñada en la renovación y actualización de los actuales espacios y en la mejor formación del profesorado, como elementos imprescindibles para hacer una oferta educativa de calidad, moderna y atrayente que, desde el humanismo cristiano, anime a sus alumnos a alcanzar una formación sólida en conocimientos y valores que les ayude en su futuro personal y profesional, para que sean ciudadanos emprendedores, capaces de transformar la sociedad en un mundo más justo, humano y sostenible.

Francisco José González Díaz

Secretario Técnico de la Fundación diocesana Santa María de la Victoria