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Cómo evangelizar jugando

Publicado: 23/02/2011: 1846

Una teoría educativa, conocida como la "teoría del teatro", define a los niños como un gran teatro vacío. Los padres hemos comprado nuestra entrada con antelación, han invertido su esfuerzo y su tiempo, y esperan ver una representación que merezca la pena.

De ese modo, las butacas se han ido llenando. Sin embargo, hay quien decidió dejar para más tarde la reserva de su butaca y, cuando quiso darse cuenta, todos los sitios estaban ocupados.  Si alguna de esas butacas no está cubierta, es fácil que el primero que llegue se haga con ella, y una vez que se siente, será muy difícil quitarlo. Así funciona la educación en valores. Si no dotamos a nuestros hijos de valores de referencia, igualmente los adquirirán en otro sitio, aunque en ocasiones sean contravalores. Sin embargo, si hemos sembrado adecuadamente en cada uno de esos huecos necesarios para crecer, es difícil que una propuesta de última hora sea capaz de levantar el valor establecido. 

La educación en la fe es la mejor herencia que podemos dejar a los hijos. Es cierto que no es fácil, en el día a día de las familias, saber evangelizar a los más pequeños, pero tenemos a nuestro alcance numerosos instrumentos que nos facilitan la labor. 

La educación en valores humanos y cristianos se trabaja desde la más tierna infancia. Está demostrado que tienen más poder dos gotitas de miel que un jarro de vinagre, y cuando se trata de mover la voluntad del niño hacia el cumplimiento de normas que ayuden al desarrollo de hábitos, es más eficaz la motivación que el refuerzo negativo. Por eso es importante que relacionemos en el niño la religión con experiencias positivas (por ejemplo, acariciándole mientras rezamos) y no con amenazas ("o te portas bien en Misa o no vamos al parque"). Está en nuestras manos posibilitar el encuentro del niño con Dios (enseñándole a hablar con Él en la oración, a conocer las situaciones de injusticia y ayudar a los más desfavorecidos). También lo está el que crezca en el conocimiento de un Padre amoroso, de una fe que hace al hombre feliz y llena la vida de sentido.

HACEN LO QUE VEN

Podemos ayudarnos de numerosas herramientas a nuestro alcance. En las librerías religiosas encontraremos multitud de volúmenes que acercan al lenguaje y capacidades de los más pequeños la vida de Jesús, la Sagrada Escritura o la vida de santos que pueden resultar sumamente cercanos a la experiencia vital de nuestros hijos. También encontraremos instrumentos muy útiles en internet, un medio que posibilita la interacción y es fácil de manejar. 

Dicen que los niños, a veces, hacen lo que se les dice, pero que siempre o casi siempre hacen lo que ven. Si poseemos el don de la fe, nuestro ejemplo será el mejor modelo a seguir por nuestros hijos, y podremos ponerlo al servicio de la comunidad, por ejemplo, dando catequesis. Si no hemos encontrado aún ese tesoro, quizás sea un buen momento para empezar a buscarlo.

Autor: diocesismalaga.es

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