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La familia se prepara para comenzar un nuevo curso

Publicado: 09/09/2010: 681

Más de un millar de centros educativos han abierto sus puertas (o están a punto de hacerlo), en la diócesis de Málaga, para comenzar el curso 2010-2011. Es el momento de poner los cimientos porque el curso se aprueba desde septiembre, no hay que esperar a junio para lamentarse. La revista Diócesis reflexiona esta semana sobre el tema con la ayuda de profesionales de la enseñanza.

Los padres son los responsables de la educación de los hijos. El colegio es una gran ayuda, de hecho son muchas las horas que los niños viven en el centro, de ahí la importancia de que centro escolar y familia trabajen unidos. 

Y es que educar es mucho más que proporcionar la salud física y las habilidades técnicas necesarias para vivir. Es también formar a la persona en valores, en lo afectivo, en lo intelectual y en lo religioso. De cómo enfocar estas facetas, dentro y fuera del colegio, desde el comienzo de curso nos hablan, en el siguiente reportaje, dos profesionales de la educación.  

El pasado viernes, 10 de septiembre, se abrieron de nuevo las puertas de los colegios de Málaga. Ha comenzado el curso 2010-2011. Los alumnos llegan sin saber qué se van a encontrar, la clase que les va a tocar, el tutor que les va a atender ese año, si va a llegar algún compañero nuevo... En definitiva, a qué se van a enfrentar. Según Belén Fernández, orientadora en varios centros de la Fundación Diocesana de Enseñanza, "creo que este mes podría ser el mes de la ilusión. Como profesionales de la Educación, debemos convertir toda esta ilusión en motivación; una motivación que tanto el centro como los padres debemos reforzar para avanzar con éxito en el largo camino del curso escolar. Desde el principio hay que hacer los deberes: los alumnos con su esfuerzo diario, tanto en clase como en casa; y los padres potenciando permanentemente la labor del profesorado. Como orientadora, me gustaría hacer un llamamiento a todos los padres para que se impliquen en todas las actividades que el colegio organiza y ofrece, desde las tutorías con el profesor de su hijo, hasta las distintas "Escuelas de padres" que realiza la orientadora o la logopeda.  El colegio y la familia tienen la posibilidad de transmitir motivos a los alumnos para esforzarse durante todo el curso escolar; es cuestión de buscar la forma de hacerlo". 

Para unos padres cristianos, la educación de sus hijos tiene muchas facetas: la religiosa, que se contagia; la afectiva, que se consigue con la convivencia; la intelectual, que necesita el seguimiento de la familia... La mayor preocupación de los padres es trabajar estos valores en unión a los profesores. En opinión de Belén, "la educación se transmite a través del ejemplo; más que con la teoría, con la práctica diaria, ya que los maestros tenemos la oportunidad de enseñar de forma transversal muchos valores en la convivencia, la resolución de conflictos diarios. Para ello, por supuesto, es fundamental la implicación de los padres, pues sólo de este modo conseguiremos formar a personas responsables, de buen corazón y mejores cada día".

En este sentido, los centros de inspiración cristiana ponen un acento especial en el trabajo conjunto entre familia y colegio. De hecho, los más de 60 colegios de inspiración cristiana de la diócesis son los más demandados por las familias. 

¿Actividades extraescolares?

Según Belén Fernández, hay tiempo para todo, pero no podemos desaprovecharlo abusando de televisión, videoconsolas, internet… La mayoría de los alumnos sale del centro a las 14 ó las 15 horas. Si al llegar a casa comen, descansan un poco y hacen sus deberes (siempre a la misma hora y en el mismo sitio a ser posible), el alumno tiene tiempo para todo. Por lo que respecta a las actividades extraescolares, sí estoy de acuerdo con ellas, pero siempre que se lleven a cabo de forma moderada. 

Si se trata de un alumno muy inquieto, nervioso, quizá le convendría hacer algún tipo de deporte donde pueda descargar dicha energía. No obstante, si el niño tiene alguna afición o posee alguna cualidad o aptitud, se debe potenciar, siempre y cuando no vaya en detrimento del estudio; y el niño o la niña lo deseen, claro está. Sin olvidar que padres e hijos necesitan un tiempo para hablar, jugar juntos, reír y llorar. 

 ¿Y la enseñanza religiosa?

Según Carmen Velasco, delegada de Enseñanza, hay cerca de 400 profesores que imparten Religión en los centros públicos de la diócesis, incluida Melilla. "Son miles los chavales que cada año reciben clase de Religión y tienen la posibilidad de acercarse a Jesús y a la realidad de la fe, añade Carmen. Los centros de inspiración cristiana trabajan, además, con un proyecto educativo que parte de la Educación Integral, desde una visión de la persona completa, en todas sus dimensiones". Según las estadísticas de la Conferencia Episcopal, más del 70% de todos los alumnos de todos los cursos de todos los centros de España cursó, el año pasado, la asignatura de religión católica.  

Las razones por las que se imparte esta asignatura son varias. Según explica Carmen, "porque es un derecho que reconoce la legislación actual; porque las familias lo quieren y, sobre todo, porque las personas debemos educar todas nuestras dimensiones, también la religiosa. En nuestra diócesis se está impartiendo, en la actualidad, clase de Religión Católica, Islámica y Evangélica, las confesiones religiosas que tienen  acuerdos con el Estado Español". 

Un reportaje de Encarni Llamas

Autor: diocesismalaga.es

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