NoticiaSemana Santa DOMINGO DE PASCUA. El Resucitado está presente hoy a través de la Iglesia Resucitado de Ronda // JUAN C. MILLÁN Publicado: 04/04/2022: 10198 Cuando Jesús resucitó, su cuerpo y su alma volvieron a reunirse, en virtud del Espíritu y de su propia condición de Hijo de Dios, que así se manifestó perfectamente. Su cuerpo pasó a ser “incorruptible, glorioso, lleno de fortaleza, espiritual” (1Co 15,42-44). La humanidad asumida por el Verbo alcanzó así su destino divino, el que Dios quiso en su designio creador e impidió el pecado, y que, gracias a la Pascua, quedó definitivamente abierto para todos: “el camino nuevo y vivo inaugurado para nosotros a través de su carne” (Hb 10,20). Esto hace posible múltiples presencias del Resucitado, que puede decirse contemporáneo de cada persona. Él, “por la fuerza de su Espíritu obra ya en los corazones de los hombres” de buena voluntad (GS 38); sale a nuestro encuentro “en figura de otro” en el prójimo necesitado y sufriente (cf. Mc 16,12; Mt 25,40); cumple su promesa de “estar con nosotros todos los días”, “cooperando y confirmando con señales” (cf. Mt 28,20; Mc 16,20) la misión evangelizadora que ha confiado a su Iglesia. La presencia de Jesús resucitado se da especialmente a través de la Iglesia, su Cuerpo, que hace visible y prolonga la acción de Cristo: cuando la Iglesia ora y celebra los sacramentos, cuando da testimonio de amor y proclama el Evangelio..., es Cristo mismo quien lo hace. Su “cuerpo total” (san Agustín) va creciendo hasta el día en que se manifieste glorioso. Esto, misteriosamente, acontece en su presencia real por antonomasia: la Eucaristía y nuestra participación en ella. Francisco Castro