NoticiaOración Sobre la madre insustituible Publicado: 16/08/2020: 27932 “De María nunca es demasiado”, así reza un viejo dicho cristiano. Es imprescindible contemplar la figura de María Santísima si buscamos madurar en la fe. Ella es testigo y modelo de fe en su hijo Jesús, el Mesías prometido. En ella no existió disociación entre fe y vida: no decía una cosa y hacía otra; su vida fue un canto a la coherencia y autenticidad. La contemplación de María de Nazaret si es sincera, sosegada y silente, conducirá a la vivencia del evangelio; de su mano se llega indefectiblemente al encuentro con Jesucristo. Ella, que concibió a su Hijo antes en su corazón que en su vientre, se convierte en el camino más corto para llegar al misterio de Dios. En medio del desaliento ella es auxilio; cuando la desesperanza arramble ella será pilar; cuando el mal haga estragos ella será estrella de la mañana. Con María siempre renace la esperanza: la mirada de María nos lleva hasta el corazón de su hijo. Su corazón nos alienta a construir un mundo nuevo que supere la incertidumbre laboral, la crisis social o el desasosiego eclesial. María es, hoy más que nunca, modelo y ejemplo de esperanza.