«El amor es el fundamento de la vida cristiana», afirmó recientemente Mons. Catalá en su homilía para el VI domingo de Pascua. En ella, profundiza en la triple presencia que sostiene y fundamenta a la comunidad eclesial: la de Jesús resucitado y presente sacramentalmente; la del Espíritu de la verdad y la de Dios Padre.  Afirma el Obispo que, en este tiempo de pandemia, «en medio de tanta oscuridad, los cristianos experimentamos el amor y la misericordia del Señor, que nos ofrece luz y confianza para afrontar el presente con serenidad y el futuro con esperanza. La presencia trinitaria en el corazón de los creyentes nos anima a trabajar por una sociedad fraterna y solidaria. Los cristianos y muchas personas de buena voluntad están dando en este tiempo un testimonio elocuente de su amor al prójimo en la persona del enfermo, del anciano, del débil, del necesitado».

El prelado agradece todos los gestos de amor realizados en favor de los hermanos, y pide a quienes tienen responsabilidades de gobierno, «el respeto a las libertades de los ciudadanos, una objetiva información de la verdad y una aceptación de las ideas religiosas y políticas de las personas sin imposición de ideologías de ningún signo».

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