NoticiaActualidad Una mujer de 88 años aprende a utilizar la tablet para rezar Ana, de 88 años con su tablet, conectada al vídeo diario de la novena al Señor de Antequera Publicado: 11/05/2020: 23422 Ana Morente Cuenca nació en Antequera en 1932, creció en la época de la guerra civil, se casó, tuvo que trasladarse a Jerez por el trabajo de su marido, pero volvió lo antes que pudo para criar a sus hijos en su tierra. «Mis hijos Paco y Pepe me han puesto un ordenador para ver al Señor y poder rezar a la vez que rezo en mi novena» Como todo antequerano creyente, realiza desde siempre las novenas al Señor de la Salud y de las Aguas en el mes de mayo, pero este año, la pandemia del COVID-19 le ha impedido a ella y a todos los antequeranos, poder dirigirse al Barrio de San Juan para rezar en el interior del templo porque está cerrado al culto público. La Real Hermandad del Señor de la Salud y de las Aguas, patrón de Antequera desde 2004, no quería que este virus rompiera una tradición secular, donde ni los años 30 pudieron con su culto, trasladándose desde su capilla hasta el altar mayor donde los gremios de la ciudad le ofrecen dos novenas del 1 al 18 de mayo y procesiona normalmente el sábado siguiente, que en este 2020 hubiera sido el día 23. A lo largo de la última centuria, se suspendieron procesiones, pero nunca el camino de los devotos para rezarle una de sus dos novenas en el mes de la Virgen María en el interior de la iglesia parroquial. La solución para no dejar ese vacío, está siendo grabar el rezo de las novenas que son difundidas diariamente desde primera hora de la mañana, por el canal de YouTube del periódico 'El Sol de Antequera', así como las misas dominicales durante este mes de mayo, a puerta cerrada, para que los devotos conecten virtual y espiritualmente con la devoción antiquísima a la imagen que más veneran los vecinos, bajo celebración íntima del capellán Tomás Pérez Juncosa. Ana, con 88 años, le fallan ya las piernas y no podía hacer andando el camino previo para bajar al popular barrio, que ofrece un camino en la ribera del Río de la Villa. Pero sus hijos, le llevaban algunos de los días para que pudiera verlo en su templo. Este año preguntó que cuándo le iban a llevar, exponiéndole sus hijos que la iglesia estaba cerrada. Viendo la tristeza de su madre, Paco y Pepe, dos de sus hijos, le propusieron que intentara conectarse a internet y lo que antes había sido un sueño, esta vez lo ha conseguido y reza cada al Señor por su tablet. Con 88 años ha aprendido a utilizar un ordenador para hacer su novena como hace desde niña. La vida de los barrios de Antequera Ana Morente Cuenca vive hoy entre la calle de la Peña y Juan Cascos, en el Barrio de Santiago. Nació en la calle del Toronjo, hija de Francisco Morente González y Ana María Cuenca Guerrero. Su madre trabajó en “La Gloria”, referente de los desayunos y celebraciones de la Antequera del tercer cuarto del siglo XX. Se casó con José Jiménez Gámez el 10 de octubre de 1957 en Capuchinos, con quien tuvo cinco hijos: Pepe, Ana María, Carmen, Paco y Rosi. “Me pilló vivir la Guerra, me acuerdo de los soldados que estaban en el Asilo, lo que es hoy el Colegio María Inmaculada, que entraban por calle Zacatín, donde nos sacaron de las clases de los niños pobres”, recuerda con nostalgia. Unos años muy duros: “Mi marido no paraba de trabajar y mis padres nos dieron parte de su patio para que construyéramos nuestra casa”. Cuando se casó, se trasladó a Jerez de la Frontera, ya que su marido era chófer hasta que les llamaron de su tierra para ser conductor del que fuera alcalde de Antequera Isidro Montoro, “un gran hombre, un señor, una gran médico de mujeres y un buen alcalde, todos les quisimos, creo que fue una de las personas más queridas en la ciudad”. Ana recuerda lo que significaban las novenas para los vecinos: “Era la época en la que visitabas los barrios, tras estar todo el año en el tuyo. Recuerdo nuestros caminos a San Juan, al lado del río, donde íbamos a la iglesia a hacer la novena. Y como pasaba con la novena de Santa Eufemia, los propios vecinos no veían bien que fuéramos de otros barrios a llenar sus templos. Como antes no había bancos, nos teníamos que llevar nuestras sillas de casa, sobre todo cuando era la de Santa Eufemia, donde por cierto, tenía una tía abuela, Madre Carmen, que fue Superiora". Volviendo a la novena del Señor cada mañana la sigue, esta vez por su tablet: “Aquí la tengo en la mesa y este año la hago con vuestros vídeos, como sé que hacen muchas personas mayores. Mis hijos Paco y Pepe me han puesto un ordenador para ver al Señor y poder rezar a la vez que rezo en mi novena”. Al no poder acudir al interior del templo: "Este año toca estar en casa, es lo que hay, entre que salgo poco y cómo está la cosa... mejor rezar aquí”. Sobre cómo lleva lo de quedarse en casa por el coronavirus: “Como ya apenas salgo, no lo noto tanto. Además, mis niños me recogen y me llevan a comer con la familia. Tengo la suerte de tener unos hijos estupendos, todos ellos, y no lo digo por ser su madre, sino porque son así. No me dejan sola nunca. Mi hijo Paco, que está soltero, vive conmigo; pero luego todos los demás están pendientes de mí”. Mujer de fe, al preguntarle qué le dice al patrón...: “Yo le pido al Señor que haya paz y que arregle lo del virus. Que nos llevemos bien y que nos podamos ver en familia todo lo que podamos, que es lo mejor que tenemos”. Así es la historia de Ana Morente Cuenca, que como muchas personas mayores se están adaptando a las nuevas tecnologías para seguir con su fe. Como todo antequerano, hace este año la novena al Señor; y se muestra muy agradecida de sus hijos, de su familia y de los recuerdos de la ciudad donde siente pasión como todos ellos: Antequera.