NoticiaMelilla La Iglesia en Melilla pone en marcha un plan de formación Publicado: 13/02/2020: 16961 El vicario episcopal de Melilla, el sacerdote Eduardo Resa, está impartiendo en la parroquia del Sagrado Corazón de Jesús un "Curso de Catecismo" destinado a todos los seglares que quieran ampliar su formación. Esta formación es preparatoria para la que la Escuela Teológica San Manuel González comenzará el curso que viene en esta Ciudad Autónoma. En palabras del vicario de Melilla, la finalidad de este curso se sumerge en las palabras del apóstol Pedro que «nos dice en su primera carta que tenemos que estar prestos para saber dar razón de nuestra esperanza a aquel que la pidiere. Yo diría que esta es la finalidad que tiene el curso de formación que estamos impartiendo, a los laicos adultos, en la parroquia del Sagrado Corazón de Jesús de Melilla». El temario del curso está claro: «el Catecismo de la Iglesia Católica, en el que estamos profundizando y sobre el que abrimos hilos de debate con los que explicar la riqueza de este documento y sus fuentes bíblicas, patrísticas y litúrgicas». Para Eduardo Resa, este curso «está siendo muy provechoso. Es más, la fidelidad que están teniendo los más de 50 inscritos es muy gratificante. El curso está abierto a la participación de cuantas personas lo deseen y están participando agentes de pastoral, catequistas, equipos de liturgia, miembros de Cáritas, de movimientos como Vida Ascendente y de hermandades y cofradías… un grupo muy diverso». Este Curso es preámbulo de todo un plan de formación pues, «queremos que sirva de base para establecer de nuevo, el año próximo, la Escuela Teológica aquí en Melilla. Será de modo semipresencial que es el consideramos que se adapta mejor a los horarios y circunstancias de nuestros laicos», añade Eduardo Resa, quien manifiesta su deseo de que «ojalá tras este Curso de Catecismo continúe en nosotros el ansia de formación que es imprescindible en los tiempos en que vivimos. En el Congreso de los Laicos se ha insistido mucho en la necesidad de formación y en que los laicos deben desarrollar su vocación. No podemos conformarnos con el “creo porque creo”, sino que tenemos que dar razones de nuestra fe y de nuestra esperanza. Y eso es lo que pretendemos. Por eso, animo a todos los que están participando en este curso, a que sigan haciéndolo. Aunque yo lo dirijo, siento que en realidad comparto con ellos, nos sentamos juntos a descubrir las riquezas de nuestra fe».