NoticiaEn los Medios Ante los ataques a la enseñanza concertada Publicado: 07/02/2019: 10450 Artículo de José Juan Jiménez Güeto, sacerdote, canónigo y portavoz del Cabildo de la Catedral de Córdoba, publicado en La Voz de Córdoba. Al gobierno de España, al ministerio de hacienda, se le ha ocurrido lanzar un ataque contra la enseñanza concertada poniendo en jaque, en esta ocasión, a los padres y madres. No pueden cuestionar la calidad de la enseñanza, el régimen disciplinario, la educación en valores, la demanda de este tipo de enseñanza…, y ahora tienen la peregrina idea de cuestionar la honestidad de las familias y los centros de enseñanza con respecto a sus obligaciones tributarias. En primer lugar, quisiera transmitir calma y serenidad ante este atropello mediático con el objeto de generar preocupación, miedo, zozobra en muchas familias y así de paso pegarle otro palo más a la enseñanza concertada con tal de destruir su credibilidad. En un segundo momento, hay que recordar que las aportaciones voluntarias que las familias han realizado a las fundaciones de enseñanzas nunca han sido a cambio de la contraprestación de un servicio, ya que dichas aportaciones han tenido como destino el cumplimiento de los fines de éstas, entre los cuales podrían estar las mejoras a través de proyectos educativos innovadores, proyectos solidarios con familias necesitadas vinculadas a los centros, en el barrio o en el tercer mundo. Los pagos que las familias hayan realizado para actividades complementarias como el deporte, música, talleres de teatro… nunca han sido presentadas como donaciones y por lo tanto no deducibles. Sólo son deducibles aquellas aportaciones voluntarias realizadas a las fundaciones de enseñanza que tienen unos objetivos muy concretos y que están bajo el paraguas de la legislación vigente. Lo que es incomprensible es el grado de hipocresía de estos partidos políticos de izquierdas que atacan furibundamente la enseñanza concertada y luego tienen a sus hijos en estos centros. Si su apuesta es la pública por qué no optan por ésta. Pero es que su incoherencia va más allá porque muchos de ellos tienen a sus hijos en centros privados pagando una pasta. Mienten a la ciudadanía, mienten a los profesores, mienten a todo el mundo. Solo buscan un rédito electoral y seguir manteniendo su asiento caliente y así poder seguir llevando a sus hijos a los centros privados de élite. Y en tanto, ignominiosamente se permiten destruir los centros de iniciativa social como la enseñanza concertada, dictatorialmente hurtar la libertad a las familias y cercenar el derecho que tienen a elegir la enseñanza que quieren para sus hijos. Tampoco se quedan atrás los sindicatos de clase como por ejemplo la UGT o CCOO. Si son tan defensores de la enseñanza pública por qué concurren a las elecciones sindicales en los centros concertados. Por qué no dejan que los sindicatos que han surgido de los trabajadores de la concertada sean los que defiendan sus intereses. Porque está claro que ellos no van a defender los derechos de unos trabajadores a los que quieren eliminar. Sí, dejar a numerosas familias sin trabajo ya que su única pretensión es defender y apoyar exclusivamente la enseñanza pública. Otros como los primeros que viven instalados cómodamente en la hipocresía permanente. Perdonen mis exabruptos, pero es que me hierve la sangre al constatar tanta y tanta demagogia política y que nos traten de tontos. Aquí lo que pasa es que unos partidos políticos en Andalucía por vez primera no han tenido miedo a hacer una defensa de la libertad de enseñanza, dejar de perseguir a la enseñanza concertada y salvaguardar el derecho de las familias a elegir en igualdad de condiciones la educación que desean para sus hijos. Máxime, cuando está híper demostrado que la escuela concertada es 1/3 más barata. Es evidente, que cualquier cosa vale para intentar obtener un rédito electoral como calumniar y sembrar la duda sobre la honestidad y moralidad de las familias que han optado por ejercer el derecho a decidir. Es decir, que a este personal le mola más la hipocresía que vivir en verdad y servir a la ciudadanía.