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Saludo del Obispo en la liberación del preso (Plaza del Obispo-Málaga)

Liberación del preso en la Plaza del Obispo · Autor: EL MUNDO
Publicado: 23/03/2016: 9760

Saludo del Sr. Obispo, D. Jesús Catalá, en la liberación del preso, en Málaga, el 23 de marzo de 2016.

SALUDO DEL OBISPO
EN LA LIBERACIÓN DEL PRESO
(Málaga, 23 marzo 2016)

Cristo, el rostro de la misericordia del Padre

Todo hombre, como imagen de Dios, está llamado a la libertad y a vivir el amor que el Padre de misericordia le ofrece. En las tres grandes religiones monoteístas, judaísmo, cristianismo e islam, Dios tiene como atributo ser “misericordioso”.

Dios-Padre, «rico de misericordia» (Ef 2,4), se ha manifestado a través de Jesucristo como «Dios compasivo y misericordioso, lento a la ira, y pródigo en amor y fidelidad» (Ex 34,6). En la «plenitud del tiempo» (Gal 4,4) envió a su Hijo nacido de la Virgen María, para revelarnos de manera definitiva su amor. Quien lo ve a Él ve al Padre (cf. Jn 14,9). Jesucristo es el rostro de la misericordia del Padre; con su palabra, sus gestos y su vida revela la misericordia de Dios (cf. Francisco, Misericordiae vultus, 1).
La misericordia es fuente de alegría y de paz; es la palabra que revela el misterio del Dios-Trino; es la manifestación del amor de Dios al ser humano; es la vía que une Dios y el hombre, porque abre el corazón a la esperanza de ser amado, a pesar del límite de nuestro pecado (cf. Francisco, Misericordiae vultus, 2).

Este acto es una celebración de la misericordia de Dios. En este año celebramos el Jubileo de la Misericordia como tiempo propicio para gozar de la misericordia de Dios y dar testimonio ante los demás. Querida Ana, que hoy recibes el indulto, goza de la libertad y de la misericordia que Dios te ofrece y sé testigo de la misma.

El papa Francisco nos exhorta a convertir nuestras comunidades cristianas en oasis de misericordia: “Donde la Iglesia esté presente, allí debe ser evidente la misericordia del Padre. En nuestras parroquias, en las comunidades, en las asociaciones y movimientos, en fin, donde quiera que haya cristianos, cualquiera debía poder encontrar un oasis de misericordia” (Misericordiae vultus, 12). Podemos hacer de nuestras familias y de las cofradías “oasis” de misericordia.

Rezamos ahora juntos la oración que Cristo nos enseñó: Padrenuestro.

+ Jesús Catalá, Obispo de Málaga

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