Delegado de Apostolado Seglar, ¿cómo se enfrenta a esta nueva tarea?
 

La definiría como un servicio que se me ha pedido para acompañar a los laicos y animarles a vivir a fondo su identidad, su espiritualidad y su misión propia como laicos en el corazón del mundo.

El concilio Vaticano II puso en el candelero la misión de los laicos en la Iglesia. ¿Es de verdad la hora de los laicos?

La hora es. Es la hora de que despierte la Iglesia en las almas, como decía Romano Guardini. Lo que pasa es que, como a todos nos puede ocurrir, suena el despertador y nos cuesta un poco levantarnos. En la Iglesia quizás está pasando eso. El Espíritu ha hecho sonar el despertador, de forma muy clara en el Concilio Vaticano II. Después los papas, Pablo VI, Juan Pablo II y los sucesivos, Benedicto XVI y Francisco, han hecho muchísimo hincapié en esta realidad, realmente ha sonado la hora de que los laicos se reconozcan a sí mismos como la Iglesia.  Ellos son la Iglesia, a la cual los pastores tenemos que servir. Pero también es cierto que hay una gran falta de conciencia y de formación en la mayoría de los laicos adultos que es precisamente lo que se me encarga animar y estimular.

¿Ha sido un nombramiento esperado, o una sorpresa?

Los nombramientos son algo esperado e inesperado, al mismo tiempo, como diría Karl Rahner. Es un servicio que se me pide y que, con mucho gusto, intentaré hacer. Entre todos iremos pensando de qué manera podemos servir mejor, disponer de nuestro tiempo y de las personas que puedan acompañar los distintos procesos y organizar eventos que hagan visible la comunión misionera que se vive en la Iglesia de Málaga. Ahora mismo hay bastantes incógnitas. Contamos con la ayuda y las sugerencias que nos puedan venir por parte de muchos de los sacerdotes y los laicos que están trabajando apostólicamente en la diócesis.

Nuestra diócesis es rica en movimientos y asociaciones de seglares, ¿sabemos cuántos hay?

Lo sabe, exactamente, el Espíritu Santo. A mí me han pasado una lista de más de cincuenta y habrá que ir concretando cuáles están asentados en la diócesis, cuáles son sus sedes actuales, sus responsables… Hace unos días organizamos una reunión de responsables, a la que estaban convocadas todas las asociaciones, para poder reflexionar juntos y ver de qué modo podemos realizar algún signo que nos permita visibilizar esa comunión misionera, además enmarcado en este Año de la Misericordia tan hermoso que nos ha propuesto el papa Francisco.

La riqueza de los movimiento de seglares se encuentra en la diversidad de carismas todos juntos al servicio de la misma Iglesia, ¿es así?

Efectivamente, la barca de Pedro es sólo una, la Iglesia es sólo una, y cada cual, con su sensibilidades y con las tareas encomendadas por el Señor, enriquece a la Iglesia, la revitaliza y la hace crecer, según Dios quiere. Es importante la comunión y la misión, que son como la sístole y la diástole de esta Iglesia que formamos todos.

La próxima semana se celebran las Jornadas de formación para laicos, ¿qué nos puede adelantar?

Tendrán lugar de 26 al 28 de octubre, a las 19.00 horas. Este año, bajo el título de “Misioneros de la Misericordia”. Los diversos ponentes van a ir adentrándose en esta cuestión de la misericordia, verdadero punto focal de la teología y de la antropología. Vamos a descubrir el rostro misericordioso de Dios tal y como se nos revela y se nos presenta en las Sagradas Escrituras; vamos a adentrarnos en cómo la misericordia de Dios libera al hombre y lo lleva a su plenitud; vamos a ver también cómo la Iglesia es sacramento de la misericordia de Dios, especialmente para los pobres. Estas jornadas, como cada año, son sólo un recuerdo de que la formación, de modo habitual, se tiene que ofrecer durante todo el año, a través de las parroquias, asociaciones, movimientos. Son estos procesos los que no podemos descuidar. Bien están estas charlas y, si acudimos a ellas, nos aprovecharemos, pero lo importante es iniciar procesos y sostenerlos en todas las asociaciones y movimientos y, sobre todo, en las parroquias, que es donde yo creo que hay una mayor desprotección y una mayor falta. Todos tenemos muy claro que en la parroquia se tienen que iniciar procesos de catequesis de niños, de jóvenes, una Cáritas, una Pastoral de la Salud… y no tenemos muy claro que tiene que haber un equipo o grupos de adultos que se ayuden a ser cristianos en el corazón del mundo. También es una tarea de esta Delegación: estimular este cauce común parroquial para ofrecerlo en todas las partes.

¿Qué otras tareas o prioridades tiene la Delegación de Apostolado Seglar?

A la espera de que podamos hacer un discernimiento más reposado entre los miembros de la comisión, yo diría que la mayor prioridad es, en la medida en que podamos, servir a esos cauces comunes que deben traducirse en itinerarios de formación, más o menos prolongados y flexibles, y ayudar a iniciar esos procesos. Ahora hay que ver de qué modo lo concretamos.

Recordamos los datos concretos de las Jornadas de formación para laicos.

Los días 26, 27 y 28 de octubre tienen lugar las Jornadas de formación para laicos en el Colegio de las Esclavas, en calle Liborio García, a las 19.00 horas. El hilo conductor de las jornadas será "Misioneros de la Misericordia". El calendario de ponencias es el siguiente:

Lunes 26 de octubre: El sacerdote Antonio Rodríguez Carmona, profesor emérito de la Facultad de Teología de Granada, habla sobre "El corazón de Dios: revelación de la misericordia".
Martes 27 de octubre: El sacerdote Francisco Castro Pérez, delegado de Apostolado Seglar de la Diócesis de Málaga, habla sobre la "Misericordia de Dios, salvación del hombre".
Miércoles 28: El sacerdote Vicente Altaba Gargallo, delegado episcopal de Cáritas Española, habla sobre la "Iglesia, servidora de los pobres".

Los sacerdotes de la diócesis podrán disfrutar de estas mismas ponencias, estos mismos días, a partir de las 10.00 horas, en la Casa Diocesana.