NoticiaReligiosos Dispuestos a perpetuar la presencia de la Iglesia Luis Valero, hermano superior de los Centros San Juan de Dios en Málaga Publicado: 15/05/2015: 9129 Luis Valero, Hermano Superior de los Centros San Juan de Dios en Málaga, escribe con motivo de la despedida de las Hermanitas de los Pobres de Antequera. «Porque así como esta casa es general, así reciben en ella generalmente de todas enfermedades y suerte de gentes, muchos ancianos y muchos niños... y para todo esto no hay renta, más Jesucristo lo provee todo». Desde que san Juan de Dios escribía esto en el siglo XVI, los Hermanos hemos intentado ser fieles al legado de nuestro carisma fundacional; según el cual toda necesidad y toda dolencia ha de ser acogida y aliviada y con ello manifestar al Cristo compasivo y misericordioso del evangelio. De esta manera lo hemos venido realizando desde los inicios en Málaga. La fundación del primer hospital se remonta al siglo XVII. Desde entonces, casi de una manera ininterrumpida, salvando algunas etapas de la historia, la presencia hospitalaria de san Juan de Dios ha ido respondiendo a las necesidades socio-sanitarias que han ido apareciendo. En la actualidad es el Centro de Acogida, situado en la Plaza de san Juan de Dios, con dos programas, uno de rehabilitación e inserción social y otro de albergue nocturno; junto a ello, el Centro Asistencial en la carretera de Casabermeja, dedicado a la atención en salud mental, completa los servicios prestados hasta ahora a la comunidad. Desde el pasado 6 de mayo con la ausencia de las Hermanitas de los Pobres de Antequera, los Hermanos de san Juan de Dios asumimos esta tercera estructura para la atención a los ancianos de aquella comarca; con seguridad que las Hermanitas han dejado el listón muy alto en los ciento cincuenta años de presencia ininterrumpida, algo que queremos agradecer junto a la población. Son numerosos los ancianos acogidos y amados por las religiosas que por allí pasaron. El reto no es fácil, pero aquí estamos dispuestos a perpetuar, desde nuestra identidad, la presencia de la Iglesia entre los mayores, un perfil de población altamente vulnerable y que merece la atención y el cariño de la sociedad, de la Iglesia y de los Hermanos de san Juan de Dios y de sus colaboradores, que como en el resto de nuestra misión intentaremos servirlos en las mejores condiciones de calidad asistencial, de acuerdo con el Evangelio y la identidad que san Juan de Dios nos ha dejado.