NoticiaSeminario El Seminario Menor abraza al Apóstol Publicado: 24/07/2014: 21819 Veintiún chavales emprendieron el camino el 22 de julio desde Sarria y ponen fin a la peregrinación con la llegada a Santiago de Compostela. «El 27 de julio nos levantamos a las 4.30 horas de la madrugada, desayunamos y nos pusimos en camino en la oscuridad de la noche. Queríamos comentar a andar antes del amanecer y vivir la experiencia de caminar solos y buscando flechas en la oscuridad. Atravesamos bosques en los que los muchachos experimentaban la emoción y el miedo al mismo tiempo». Así cuenta Dani Martín, seminarista y monitor del Seminario Menor, el tramo final de la peregrinación que ha llevado al Seminario Menor a recorrer kilómetros y kilómetros hasta llegar a la meta. La experiencia ha sido protagonizada por un grupo de jóvenes que participan en el Seminario Menor, y cuyas edades van de los 15 a los 18. En el camino, han ido acompañados por Javier Guerrero, rector del Seminario Menor y 4 monitores. «Al amanecer del último día de camino hicimos una parada para rezar laudes y tras la oración reanudamos el camino. Llegamos al monte del gozo donde tiramos unas piedras que cogimos en Málaga, simbolizando todo aquello de lo que nos habiamos despojado a lo largo del camino. Llegamos a Santiago sobre las 11.30 y participamos en la Misa del Peregrino presidida por el arzobispo D. Julian Barrio. Pasamos a rezar ante la tumba del Apóstol y a dar el tradicional abrazo. Y el resto del día lo dejamos libre para visitar la ciudad. Y por la noche, antes de dormir, recogimos todo lo vivido en nuestro diario del camino». Dani Martín había hecho el Camino Portugués con la Diócesis en 2010, saliendo desde Tui. Este año, va de monitor con los chicos del Menor. «El Camino Francés es más duro, salimos desde Sarria, pero lo vamos llevando con ánimo, poquito a poco. A los chavales les está suponiendo una gran experiencia de Dios. Se les ha entregado un diario para que vayan escribiendo desde el primer día lo que van viviendo en el camino, y por la noche van relatando lo experimentado en el día. También la experiencia de confesarse andando está siendo muy rica para ellos, el encontrarse con otras personas como ellos, con quienes van hablando y van compartiendo cosas, la Misa, que está siendo una experiencia muy enriquecedora, con gente de muchos sitios, con sacerdotes de otros lados... la verdad es que está siendo una experiencia muy bonita». Hasta este domingo 27, día de la llegada a Santiago, las jornadas han comenzado habitualmente a las cinco o cinco y media de la mañana. Tras recoger sus cosas, rezar laudes y desayunar, empezaban a caminar. Por la mañana se les repartían unas fichas con unas preguntas para ir trabajando espiritualmente durante el trayecto y cada día enfocadas a un tema concreto. «Sobre las dos de la tarde llegamos a los albergues, cocinamos, comemos, y tenemos un rato de descanso. Y sobre las ocho de la tarde celebramos la Misa, habitualmente en las parroquias de los pueblos que nos acogen, y el día en que la jornada de camino es más corta, la celebraremos a lo largo del recorrido» cuenta Dani.