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Francisco de la Torre: «Aquí estaré mientras tenga salud, ilusión y el afecto de la gente que hoy día noto»

Publicado: 13/06/2013: 3214

«Me siento muy satisfecho de contar con el consenso de todas las fuerzas políticas para recuperar la fiesta de los patronos. Todos fuimos conscientes de su importancia. Ese día estaremos donde nos invite la congregación» explica Francisco de la Torre Prados (Málaga, 1942), alcalde de Málaga, que reconoce que siempre tiene «la sensación de que mi obligación es agotar mi tiempo al máximo». El segundo de ocho hermanos, con cuatro hijos y seis nietos, no tiene palabras para agradecer a su mujer y sus hijos su comprensión a lo largo de estos años.

–Lleva 13 años como alcalde, y muchos más en otros cargos públicos. ¿Cómo llegó a la política? 

–Cuando tuve que elegir una carrera tenía en mente varias ingenierías, mi padre era ingeniero industrial y eso influye. Me incliné por agrónomos porque entendía que desde esa profesión podía ayudar en la lucha contra el hambre en el mundo. Ya con 14 años había oído hablar de la ONU y la FAO (Organización de Naciones Unidas para la Agricultura). Además, me influyó mucho la obra de René Dumont, un agrónomo francés, especialista en los problemas agrícolas del Tercer Mundo. Con el tiempo, cuando analizas ese interés por ayudar, te das cuenta de que se trata de una disposición hacia el servicio público. Otro hecho que marcó mi decisión fue estudiar en Madrid, en una residencia creada por el que fuera obispo de Málaga, D. Ángel Herrera Oria. Para vivir en la Residencia Pío XII además de nuestra carrera, en mi caso agrónomo, teníamos la opción de estudiar otras licenciaturas, entre ellas sociología y eso me terminó de abrir la mente a la necesidad de ayudar y el interés por lo público. 

–¿Y después? 

–Estaba haciendo una especialidad en Francia, en el año 69 cuando falleció mi padre, y tuve que venir a echar una mano a la familia. Entonces me incorporé la Asociación de Amigos de la Universidad, que había creado entre otros mi padre y surgió como respuesta al olvido de Málaga a la hora de crear universidades en España, existían en Madrid, Barcelona y Bilbao. Mientras que el sur de España fue olvidado y hubo un movimiento social fuerte. Por lo que cuando llegaron una elecciones locales y me propusieron presentarme para ser útil a universidad, acepté. Con 28 años ya era presidente de la Diputación. 

–Pero, ¿durante un tiempo se alejó de la política? 

–Es cierto, debo recordar que en el año 82 decidí volver a mi profesión. Considero fundamental tener una independencia profesional diferente de la política. Yo creo que en la España democrática una de las cosas que nos ha fallado es que tiene que haber más sensación de independencia de los políticos con respecto a sus partidos, aunque tengan una lealtad plena. Así como, una relación más directa entre el ciudadano y sus representantes, para que la relación entre los que eligen y los elegidos sea más estrecha. Otro punto fundamental es la trasparencia, por eso hace ya meses que publico mi agenda, a semana vencida, en la página web del Ayuntamiento. Para que los ciudadanos sepan a que dedico mi tiempo. Nada debe ser secreto. Nos iría mucho mejor si fuéramos más trasparentes. 

–Interés por el servicio público, independencia, transparencia ¿son estás las claves que deben primar entre nuestros políticos?

–Lo más importante es que los partidos hagan verdaderos esfuerzos por captar las vocaciones políticas autenticas, porque en definitiva la vocación política es el interés por el bien común. Servir a la comunidad, a los que más lo necesitan, ese es para mí el sentido de la política, nunca servirse a uno mismo.

Autor: Beatriz Lafuente

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