Sí, amigo. Con estas letras pretendemos agradecer a Dios el constante influjo que, a lo largo de los últimos veintiún años, ha sostenido el trabajo diocesano con los jóvenes.Cada año el Encuentro de la Juventud nos lo recuerda, más si cabe cuando llegamos a su XXVI edición. Estamos ante un acontecimiento importante para la Iglesia. Muchos sacerdotes, catequistas y animadores que trabajáis con jóvenes lo sabéis bien. No es fácil el día a día, el apostolado silencioso o la apuesta decidida por una pastoral con jóvenes bien llevada. A veces nos cansamos, nos faltan las fuerzas. Parece que Cristo, la fe o la Iglesia no interesan a los muchachos.

Pero celebrar el XXVI Encuentro en la Diócesis de Málaga es una oportunidad para agradecer y reconocer que esta historia joven la conduce el Señor. Recordemos su promesa: «Yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo» (Mt 28, 20). Ante esta XXVI edición no podemos sino dar gracias al Señor porque mantiene la palabra dada. Nuestro trabajo y el que hicieron otros muchos se sostiene en la fidelidad del Señor. A nosotros nos corresponde sencillamente colaborar. Hay que agradecer esta gracia al Señor de habernos mantenido en el tiempo. Él es fiel. Después es justo decir “gracias” a cuantos habéis puesto vuestro esfuerzo, trabajo, cariño y disponibilidad a lo largo de estos años. Y también a los trabajáis llenos de ilusión, alegría y entusiasmo en la actualidad. A todos: ¡gracias! Con el lema “Por los caminos de la fe” se pretende que esta jornada ayude a los participantes a renovar su fe para que puedan testimoniarla en sus ambientes.

El reto de la fe hoy es vivir la misma fe, adhiriéndonos a Cristo y convirtiéndolo en el centro de nuestra vida. El Año de la fe nos invita a ello. Todos estamos implicados. El XXVI Encuentro se convierte, pues, en un imperativo, una exhortación y una llamada. Es necesario impulsar en los próximos años una nueva pastoral juvenil diocesana. Un nuevo proyecto asumido por todos, acogido por todos y llevado a cabo por todos. Un proyecto que sea atrayente para los jóvenes de nuestras comunidades y para aquellos a los que no llegamos. Un proyecto ilusionante, cohesionado y firme que dé respuestas a las nuevas situaciones que hoy viven los jóvenes.

La celebración de este domingo, 14 de abril, del Encuentro de la Juventud nos invita a acoger con ilusión y esperanza esta llamada. Entre todos, con la ayuda del Señor, lo podremos conseguir en un futuro no muy lejano. Tú puedes hacer mucho. Desde ya con la oración. Y si está al alcance de tus posibilidades anima a los jóvenes que conozcas a acercarse a tu parroquia, movimiento o asociación.