NoticiaClero MI CURA, por Francisco Rivas Sánchez Francisco Rivas Sánchez Publicado: 17/08/2020: 17068 Desde pequeño he conocido a muchos curas, y cada uno de ellos ha dejado una huella en mí. Pero desde hace ya unos años llegó a mi parroquia alguien que revolucionó mi vida y mi fe. Él me ha enseñado muchas cosas, valores que conocía desde la teoría, pero que, en su forma de ser, se ven llevados a la práctica. Una persona sencilla, con un corazón enorme. En su figura veo el reflejo de un Dios que es todo Amor, que es alegría, paciencia, misericordia, esperanza… Contemplo a una Iglesia abierta, joven, acogedora y unida. Sin lugar a dudas, contar con este referente en mi juventud me ha ayudado a conocer un poquito más a Jesús, y a intentar luchar para ser mejor persona, ponerme al servicio de los demás, y dar testimonio de mi fe en los aspectos cotidianos de mi vida. Su forma de llegar a todos me fascina, homilías en las que, a través de cuentos o películas, los más pequeños entienden a la perfección el mensaje del Evangelio. Su presencia en el grupo de jóvenes de la parroquia, o como nosotros decimos “familia”, es todo un regalo, al igual que su ayuda en cualquier cosa que se le pida, como preparar el Camino de Santiago, o las oraciones que nos manda al móvil cada mañana... Lo que más me llama la atención es su disponibilidad y ternura, cualidades de la Virgen que le representan. No hay nada como contar con el apoyo de este cura pasionista al que tanto le agradezco todo lo que hace por mí y por tantas personas. Es una bendición contar con un amigo así.