NoticiaColaboración Alegría Publicado: 24/10/2013: 2428 Una de las carencias que a veces tenemos los cristianos es nuestra falta de alegría. Recordemos, sin embargo, que la primera palabra que Gabriel dirige a María es "jaire": alégrate, y que el primer milagro que hace Jesús (¡en un banquete de bodas!) es para que la fiesta siga y no falte la alegría. Una de las carencias que a veces tenemos los cristianos es nuestra falta de alegría. Recordemos, sin embargo, que la primera palabra que Gabriel dirige a María es "jaire": alégrate. Que tras el encuentro con su prima, Isabel dice a María: «en cuanto tu saludo llegó a mis oídos la criatura saltó de alegría en mi vientre». Que el primer milagro que hace Jesús (¡en un banquete de bodas!) es para que la fiesta siga y no falte la alegría. Que en los capítulos 15 y 16 de Juan, la palabra alegría se repite con profusión: «Os he hablado de esto para que mi alegría llegue a vosotros y vuestra alegría llegue a plenitud» (15, 11). «Vuestra tristeza se convertirá en alegría» (16,20). «Volveré y se alegrará vuestro corazón, y nadie os quitará vuestra alegría» (16, 22). Y que Jesús se despide de sus discípulos, antes de la Pasión, con el impagable don de la Eucaristía para que nosotros nos encontremos con su amor y alegría. Frente a tanta luz ¿qué nos pasa a los cristianos que, a veces, parece que desayu- namos con bicarbonato? A mí me encanta el versículo cuatro del salmo segundo: «El que habita en el cielo sonríe». Autor: Lorenzo Orellana, párroco de San Gabriel