NoticiaFamilia El amor todo lo cree, confía Publicado: 25/03/2022: 8183 AÑO FAMILIA El papa Francisco propuso el Año Familia Amoris Laetitia, que se inauguró el 19 de marzo de 2021 y se clausurará el 26 de junio de 2022 con la celebración del X Encuentro Mundial de las Familias en Roma. Este año se enmarca en el quinto aniversario de la publicación de la exhortación apostólica Amoris laetitia y, desde la Delegación de Pastoral Familiar, os animamos a profundizar en ella con las pinceladas y testimonios que estamos publicando en este tiempo. Toda la información del Año Amoris Laetitia y más testimonios en la web pastoralfamiliar.diocesismalaga.es Amoris laetitia “En el sentido corriente de 'confianza'. No se trata sólo de no sospechar que el otro esté mintiendo o engañando. Esta misma confianza hace posible una relación de libertad. El amor confía, deja en libertad, renuncia a controlarlo todo, a poseer, a dominar. Esa libertad, que hace posible espacios de autonomía, apertura al mundo y nuevas experiencia, permite que la relación se enriquezca y no se convierta en un círculo cerrado sin horizontes. Alguien que sabe que siempre sospechan de él, que lo juzgan sin compasión, que no lo aman de manera incondicional, preferirá guardar sus secretos, esconder sus caídas y debilidades, fingir lo que no es. En cambio, una familia donde reina una básica y cariñosa confianza, y donde siempre se vuelve a confiar a pesar de todo, permite que brote la verdadera identidad de sus miembros, y hace que espontáneamente se rechacen el engaño, la falsedad o la mentira". (AL 114-115). Testimonio Queremos presentar nuestra familia antes de contarles una de tantas experiencias sobre la fuerza de “creer”. Tenemos dos pequeños bichos: Emiliano de 6 años, él es puro sentimiento, e Isaac de 9 años quien es todo un señor para su corta edad, los padres de estos chicos somos Juan y Andrea, llevamos casados 11 años y estamos completamente convencidos del amor infinito de Dios, que se manifiesta en pequeños y grandes detalles. Vinimos de Colombia hace cuatro años, necesitábamos alquilar una casa en un pueblo donde es difícil hacerlo, ya que en su mayoría son casas para alquiler vacacional, un domingo en la eucaristía en una conversación muy seria con Dios le pedimos seguros de que Él se haría cargo, una casa cerca de la abuela, quien era la que nos echaría una mano con los niños, pues Dios no se ha hecho esperar y esa misma semana llegó a nuestro trabajo el propietario de un apartamento que no podía ser arrendado para alquiler vacacional, ya que no cumplía con los requisitos y para nuestra sorpresa el apartamento estaba justo en frente de la casa de la abuela. Contra todo pronóstico el dueño accedió a alquilárnosla, teniendo presente que no nos conocía, no teníamos papeles y que venía de una mala experiencia con una inquilina que llevaba varios años sin pagarle el alquiler. Aunque muchas veces las situaciones de nuestro día a día nos hagan sentir temor, incertidumbre y ansiedad, hemos aprendido a abandonarnos en Dios convencidos de que él tiene para nosotros el mejor plan.