NoticiaSacerdotes Compartiendo la experiencia de la fe a través del deporte Rafael Caro, párroco de Arriate (en el centro), entre sus dos amigos Ángel Lanchas y Fran Palacios Publicado: 08/01/2019: 19983 Tres deportistas cristianos se pusieron en camino para llevar la alegría de la fe al triatlón. Ellos son Fran, Ángel y Rafael, el párroco de Arriate «Un día recibí una llamada de un Ángel, que me llamaba desde Ginebra, y buscaba al Padre Carito. No salí de mi asombro cuando me contó que había conocido mi historia deportiva por internet y, desde entonces, él y su amigo Fran, cordobés que también vive en Ginebra, me andaban buscando para compartir la experiencia de la fe y el deporte», así explica Rafael Caro, sacerdote malagueño y párroco de Arriate, cómo comenzó el proyecto en el que se encuentran embarcados. «Queremos crear una plataforma en la que contemos nuestra experiencia sobre cómo, desde el deporte, encontramos a Dios en nuestra vida y crece nuestra espiritualidad. Queremos contarle esto a la gente pues, en una competición de 2.000 personas, podemos estar 800 cristianos, pero no lo sabemos», explica Rafael Caro. Ángel Lanchas, de 44 años, está casado y tiene 4 hijos, reside en Ginebra desde 2005, por cuestiones laborales. Su padre fue profesional del fútbol español y él llegó a jugar en Segunda B. «Encontrarnos ha sido una conexión de Dios. Para mí, el deporte ha sido algo que Dios ha puesto en mi vida, para conocerlo y hacerlo conocer y poder ayudar a otra gente. Por eso creo que este encuentro con Rafael Caro ha sido providencial», afirma. Fran Palacios es cordobés, tiene 3 hijos y también vive en Ginebra por motivos laborales. Está convencido de que «este proyecto es nuestra manera de hacernos Iglesia en salida, como nos dice el papa Francisco, cuando nos invita a anunciar la Palabra de Dios de forma novedosa y creativa». Dar lo mejor de uno mismo Fue justamente un documento vaticano: “Dar lo mejor de uno mismo”, sobre la perspectiva cristiana del deporte y la persona humana, publicado por el Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida, el que puso en movimiento al párroco de Arriate. «En este documento, el papa Francisco habla a los deportistas del valor del esfuerzo. Cuando lo escribió me dio muchísima alegría porque necesitaba algo así en mi vida. Explica que «nada hay verdaderamente humano que no encuentre eco en los corazones de los seguidores de Cristo. El deporte es universal y ha alcanzado un nuevo nivel de importancia en nuestro tiempo y también, por eso, encuentra un eco en el corazón del Pueblo de Dios. La Iglesia entiende a la persona humana como una unidad de cuerpo, alma y espíritu, y busca evitar cualquier tipo de reduccionismo en el deporte que rebaje la dignidad humana. La Iglesia se interesa por el deporte porque le interesa el hombre, todo el hombre y reconoce que la actividad deportiva incide en la formación de la persona, en sus relaciones, en su espiritualidad», explica. Entre los próximos proyectos que van a compartir, en mayo se conocerán en persona, en Ginebra y comenzarán a trabajar en un documental, en el que se ha interesado hasta el mismo Juan Manuel Cotelo, director de cine. Y en septiembre competirán juntos a un “Ironman”, compartirán reto deportivo, celebración de la Eucaristía y experiencia humana y cristiana. «Queremos que se vea que en nuestra vida no se separa deporte y espiritualidad cristiana», concluye Rafael Caro.