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Lectio Divina con el evangelio de la Solemnidad de la Ascensión

Publicado: 15/05/2015: 4989

El vicario de la Promoción de la Fe y párroco de San Juan Bautista de Málaga, Antonio Collado, ofrece unas claves para rezar con el evangelio de este domingo.

Lectura (Lectio)
Para entender este pasaje evangélico sería bastante útil compararlo con el que este domingo se ofrece como primera lectura (Hch 1,1-11) tratando de observar en cada caso semejanzas y diferencias. Leo el texto repetidas veces hasta que lo pueda saborear desde el corazón.

Meditación (Meditatio)
De entrada se distinguen bien dos escenas. En la primera Mc 16,14-18 encuentro un relato muy parecido a los que se han proclamado en otras semanas de Pascua: Jesús resucitado se aparece a sus discípulos y les encarga la misión de anunciar el Evangelio. En sus palabras destacan la universalidad de este anuncio y la mención a los signos que acompañarán a los que crean en él. Algunos de ellos pueden resultar un tanto extraños para nuestra mentalidad moderna y sonar incluso a “magia”. Hay que tener en cuenta que todos hacen referencia a experiencias de los primeros cristianos formuladas con categorías de su época y cultura y que todos ellos son, en definitiva, signos de vida y liberación que nos recuerdan la coherencia que ha de existir entre lo que se anuncia y lo que se practica. La segunda escena (Mc 16,19-20) se refiere directamente a la ascensión de Jesús. La imagen utilizada resulta gráfica, pero está demasiado ligada a un esquema espacial (abajo-arriba). En realidad, Jesús Resucitado no ocupa ya un lugar físico ni se encuentra en ninguna de las dimensiones que nosotros conocemos. Lo realmente importante es que vive ya la misma vida de Dios y es eso lo que el evangelista trata de decir utilizando una simbología muy arraigada en el lenguaje religioso de su tiempo. Pero no es la descripción de este misterio lo que más le importa al narrador, sino el hecho de que los discípulos cumplieran el encargo misionero de Jesús. Descubro finalmente que la ascensión de Jesús no significa que este se desentienda de la tarea encomendada a sus discípulos.

Oración (Oratio)
La fiesta de hoy es, antes que nada, motivo de esperanza. Como afirma la liturgia del día, lo que ya es verdad para Cristo, Cabeza de la Iglesia, se cumplirá también un día en nosotros, miembros de su Cuerpo. Desde esta esperanza me adentro en el diálogo personal con el Señor. 

Contemplación (Contemplatio)
«El Señor Jesús fue elevado al cielo y se sentó a la derecha de Dios». Desde esta realidad asumida como experiencia de fe, ayudado por el silencio y la docilidad al Espíritu Santo, me dejo conducir por él para entrar en la intimidad del Misterio. 

Compromiso (Actio)
«Id por todo el mundo y proclamad la Buena Noticia a toda criatura» ¿En qué medida me siento comprometido por este mandato misionero? ¿Cómo trato de vivirlo en mi vida cotidiana, personal y comunitariamente?

Antonio Collado

Sacerdote diocesano

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