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Lectio Divina con el Evangelio para el III Domingo de Cuaresma

Cambia el sentido de tu vida
Publicado: 06/03/2015: 5284

Antonio Collado, Vicario de la Promoción de la Fe y párroco de San Juan Bautista de Málaga, nos ofrece la Lectio Divina para el evangelio del Domingo III de Cuaresma

Lectura (Lectio)

Cercana la pascua judía, Jesús va a Jerusalén y se acerca al templo. Lo que allí ve le disgusta y siente la necesidad de denunciarlo. Leo con atención este pasaje del evangelio de Juan.

 

Meditación (Meditatio)

Este domingo y los dos siguientes se proclaman en la liturgia pasajes tomados del cuarto evangelio que anuncian e interpretan el misterio pascual de Cristo. El de hoy se sitúa en el templo de Jerusalén y cuenta una de las acciones de Jesús que más llamarón la atención a sus contemporáneos. Para los judíos, el templo era el lugar más sagrado. En él se daba culto a Dios y se le ofrecían sacrificios. Las víctimas se compraban allí, por eso había vendedores y también tenían que cambiar sus monedas por la divisa oficial del templo, por eso había mesas de cambistas. Con este sistema en torno al templo existía un gran negocio. Este es el contexto del gesto profético de Jesús. El relato tiene dos escenas que concluyen con una reflexión del evangelista. Al leer la primera (Jn 2,14-17) observo que el gesto de Jesús interpretado desde el salmo 69,10 es una grave denuncia profética: El templo ya no se ajusta a los planes que Dios tenía sobre él. Demasiados intereses económicos, sociales y políticos ocultaban su sentido religioso original. Por eso, Jesús echa fuera a los vendedores y cambistas. Este gesto suscita dos reacciones inmediatas, recogidas en la segunda escena. Por una parte, los fariseos cuestionan con qué autoridad Jesús ha obrado así (Jn 2,18-21). La otra reacción es el comentario del evangelista que, a la luz del misterio pascual, habla de la sustitución del templo por la persona de Jesús resucitado (Jn 2,21-22). Es éste el significado más hondo del signo de Jesús. El Resucitado es el nuevo lugar de encuentro entre Dios y el ser humano. Este relato tuvo gran importancia para los primeros cristianos. Tras la destrucción de Jerusalén y del templo, en el año 70, el judaísmo reconoció la ley como el “lugar” de la presencia de Dios. Para los cristianos, sin embargo, Jesús resucitado era el nuevo templo, la nueva presencia de Dios que ponía su morada entre nosotros.

 

Oración (Oratio)

 Jesús expulsa del templo a los vendedores de animales y a los cambistas. ¿Qué queda de mercantilismo en mi relación con Dios? Con una actitud orante dejo que la Palabra cuestione mis prácticas religiosas y mis motivaciones más profundas.

 

Contemplación (Contemplatio)

Adoro y doy culto a Jesucristo resucitado que vive en mi corazón. Acallo mis pensamientos y deseos y me dejo llevar por el Espíritu Santo.

 

Compromiso (Actio)

Una Iglesia de “piedras vivas”, ¿Cómo me animaría en la construcción del Reino? ¿Qué esperanza podría ofrecer a la gente?

Antonio Collado

Sacerdote diocesano

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